Es posible que en alguna ocasión caminando por las calles o paseando por el parque hayas escuchado un maullido que llamó tu atención, te acercaste y descubriste a un pequeño gato abandonado y /o en situación de calle, sin su madre.
En estos momentos, también es probable que hayas pensado en rescatarlo y llevarlo a casa para quedártelo o buscarle un hogar, y nosotros aplaudimos esta decisión.
Sin embargo, si lo vas a hacer, es muy importante que sepas cómo y de qué manera cuidar a este pequeño animal que ahora dependerá completamente de ti, al menos por un tiempo.
Antes que nada, hablemos de los cuidados que usualmente brinda la madre; cuando son cachorros, los felinos no pueden regular tu temperatura a voluntad ni pueden defecar u orinar cuando lo desean, la gata es la que se encarga de darles calor y estimularlos para que hagan sus necesidades.
Lo primero de lo que debes asegurarte, es de brindarle un lugar cálido, tranquilo y seguro, en el que pueda explorar a su medida sin hacerse daño; este sitio debe guardar una temperatura de los 28 a los 32 grados, de esta manera evitarás que sufra hipotermia.
Por supuesto, debes alimentarlo; durante las primeras semanas debes darle leche con una fórmula especial recetada por un médico veterinario, y tiene que tomarla cada dos o cuatro horas, a medida que crezca el animal, cambiará su dieta.
De acuerdo con los especialistas, esto sucede alrededor de la semana cuatro o cinco de vida, momento en el que puede comenzar a consumir sólidos; es este caso se recomiendan croquetas para cachorro humedecidas con leche o agua.
Aquí no acaba el trabajo pues también debemos asegurarnos de que el animal pueda realizar sus evacuaciones sanitarias de manera adecuada, esto no solo para cuidar su salud, sino también para garantizar que habitará en un ambiente higiénico.
Como dijimos anteriormente, la madre es la encargada de estimular el área anogenital de las crías para que estas puedan hacer sus necesidades, una tarea que ahora recaerá en ti, y con la cual debes cumplir un par de veces al día.
No te preocupes, es algo muy sencillo, únicamente debes frotar el abdomen del felino con un algodón húmedo, aplicando una especie de masaje suave con movimientos descendentes.
Como último punto, pero no por eso menos importante, deberemos encargarnos de enseñarle al gato a socializar con otros animales y personas de manera adecuada, esto para evitar que desarrollen comportamientos agresivos.
De acuerdo con los expertos, a partir de la tercera semana de vida es cuando estos animales comienzan a sentir curiosidad por relacionarse, y es en este momento cuando debemos exponerlo a distintos ruidos leves y a caricias por parte de otros humanos, así como con sus hermanos en caso de tenerlos.