(Segunda parte)
Se podría iniciar este proyecto, nombrando a cuatro académicos que formarían la primera planta de catedráticos, estas personas serían preparadas por medio de un diplomado por arqueólogos del país, quienes requerirían digamos de seis meses a un año de capacitación.
Hecho lo anterior, este grupo ya de especialistas, buscarían y señalarían por medio de un mapa las zonas arqueológicas de los Valles Centrales, y al mismo tiempo deberán encontrar a ciudadanos del lugar para encargarles la vigilancia de los futuros trabajos de exploración y excavación, preparándolos en tres meses.
Hecho lo anterior, los maestros buscarían en el mundo con apoyo de los gobiernos estatal, federal e instituciones de cultura superior, universidades, fundaciones y colegios de arqueólogos, para invitarlos a participar, asignándoles una zona predeterminada; estos grupos de alto nivel acudirían con sus propios recursos e iniciarían trabajos de reconocimiento y exploración con trabajadores oaxaqueños. Continuaré el tema en otro espacio la próxima semana.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.