Sin embargo, y de acuerdo con mi opinión muy personal no recuerdo esculturas de ese tipo en ninguna de las culturas de nuestro Estado, al grado que parecen tocados con una suerte de casco protector y además observo una perfección en los rasgos del rostro ¿Jugadores de pelota?, ¿astronautas?, si se me permite una fantasía puedo pensar en astronautas, quizás emparentados con la estela de palenque, aquel “Viajero del espacio” manejando un objeto mecánico increíble y totalmente ajeno a los objetos de la cultura maya.
Lo anterior también me lleva a recordar una lectura en la Biblia: El libro de Ezequiel que describe al final sin lugar a dudas, un “platillo volador”. Desde luego las acuarelas originales se pueden encontrar en la edición monumental Los Indios Oaxaqueños y sus Monumentos Arqueológicos, de la autoría de Don Manuel Martínez Gracida.