De acuerdo con el autor estas piezas pertenecen a la civilización Zapoteca y tres de estos “rostros golpeadores” representaban demonios y a la muerte. Desde luego seguimos insistiendo en que estas acuarelas forman parte del volumen noveno de la obra Los Indios Oaxaqueños y sus Monumentos Arqueológicos, de la autoría de Don Manuel Martínez Gracida.