La fábrica de hilados y tejidos “La Soledad Vistahermosa” fue construida en el año de 1883 por el arquitecto Guillermo Desmonth, con el apoyo del gobierno encabezado por Dn. Luis Mier y Terán, quien concedió exenciones fiscales para el establecimiento de la fábrica y de una hidroeléctrica que por mucho beneficiaron al desarrollo industrial, el costo aproximado de inversión para la fábrica fue de ciento cuatro mil pesos, más los materiales de construcción como piedra, arena, etc., que aportó la población.
La iglesia de Vistahermosa se inauguró el 21 de mayo de 1886, construida por el mismo arquitecto Desmonth, teniendo un estilo gótico muy bello que la hace única en nuestro Estado. Los propietarios fueron José Zorrilla y el Sr. Trápaga y Juan Antonio del Valle como socio capitalista y en segunda generación José, Federico y Alfonso Zorrilla Tejada.
La fábrica de Vistahermosa tuvo un capital invertido cercano al millón de pesos, 540 telares, con 16 mil 500 carretes, la millonaria maquinaria movida por tres turbinas impulsadas por agua con una potencia de 490 hp.
Se consumían en su mejor momento 18 mil 500 quintales de algodón, con un importe superior a los trescientos mil pesos, dando empleo a 650 obreros y obreras, laborando hasta catorce horas diarias, con una producción de veinte mil libras de hilaza, mil doscientas piezas de manta, con valores superiores a los seiscientos mil pesos. A medida que el tiempo pasó, la producción se diversificó, con hilo de algodón teñido y driles.
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La producción surtía los mercados de Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Veracruz entre otros; por la calidad de su producción recibió premios en la exposición internacional en Paris del año 1900, y agregó a su producción organdíes y telas de Vicky. Al incremento de la demanda llegó a trabajar tres turnos diarios, con un salario para los hombres de $ 0.78 y $0.38 para las mujeres.
Para finales del siglo XVIII Oaxaca tenía diversas factorías industriales como la fábrica de calzado de los hermanos Ruiz con 400 obreros; fábricas de licores, jabones y tabacos como “La Opera”, “La Sorpresa”, “La Victoria”, “La Paz”, “La Nacional”, “Unión y trabajo”, “La Esclava”, “La Elegancia”, “El sol de mayo” y otras, laborándose en algunas hasta 14 hrs. diarias.
La incipiente industria textil de nuestro Estado dio origen al cultivo del algodón en lugares como Jamiltepec, Juquila, Pochutla, Tehuantepec, Tuxtepec, entre otros.
Lo anterior generó numerosas fuentes de empleo, haciéndose el transporte de la materia prima, por caminos de herradura a lomo de animales, funcionando esta infraestructura, que, aunque muy primaria, resultó eficaz.
Otra hazaña digna de resaltar fue el traslado de los telares, calderas y demás maquinaria de procedencia inglesa, llegados a Veracruz en barco y de ahí por caminos rudimentarios y en carretas y a lomo de animales, atravesando la agreste Sierra Juárez, donde, después de mil peripecias llegaron al Valle Eteco.
La citada factoría en su planta baja tenía los telares, y en la planta se preparaba el algodón; contando con residencia para los patrones y administradores, panadería, carpintería, que, por cierto, estuvo a cargo de mi abuelo materno Francisco Mata, siendo un lugar muy bello donde abunda el agua, con un paisaje y clima de maravilla.
Miguel Ángel Ortega Mata