Seguramente en alguna ocasión has escuchado la frase “huele a perro”, si es así entonces sabrás que no se usa para referirse a un aroma agradable, y depende de ti aplicar los cuidados necesarios para que tu perro no sea el origen.
Es importante tener en cuenta que en ocasiones muy específicas, el mal olor puede ser derivado de algún tipo de enfermedad, y es muy diferente a lo que podríamos denominar como el “mal olor común” del animal, así que si consideras que procuras la higiene de tu mascota, y aun así el problema persiste, debes acudir al veterinario.
Una de las claves para evitar que tu can emita malos olores, es cepillar su pelaje de forma regular, no importa si lo tiene corto o largo, esto sirve para eliminar el pelo muerto y para que no se acumule la suciedad.
Por supuesto, también es muy importante que se bañe con una frecuencia adecuada, de acuerdo con su raza y tamaño, y haciendo uso de productos específicos para la especie, pues como sabemos, su piel es diferente a la nuestra.
Una vez que hayas terminado, asegúrate de tomarte tu tiempo para secarlo muy bien, ya que los ambientes húmedos propician la aparición de parásitos y bacterias, sin mencionar el olor a perro mojado.
La higiene de tu mascota no se limita a su piel y pelaje, también debe incluir la limpieza de oídos con ayuda de una gaza, y el cepillado de las piezas dentales para evitar que se acumule sarro y surjan enfermedades.