La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha logrado este día asegurar la nominación presidencial del Partido Demócrata para las elecciones de noviembre, enfrentándose al exmandatario Donald Trump.
Harris consiguió los casi 4,000 delegados necesarios para obtener la oficialización de su partido, marcando un hito histórico al convertirse en la primera mujer negra en encabezar a los demócratas.
CAMBIO HISTÓRICO EN LA CARRERA PRESIDENCIAL
En el segundo día de votación, Harris expresó su honor por ser la candidata demócrata a la presidencia:
“Me siento honrada de ser la aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos”, expresó.
La nominación de Harris se produjo en un contexto de incertidumbre, ya que el actual presidente Joe Biden había sido el candidato seleccionado anteriormente. Sin embargo, en medio de la controversia sobre su salud, Biden decidió no buscar la reelección, lo que abrió la puerta a Harris.
Durante una jornada de sufragio interno que se extendió por cinco días, Harris superó a otros candidatos y no encontró oposición significativa dentro de su partido. En contraste con su posición, ningún otro político mostró interés en desafiar a la vicepresidenta, que ahora está en una posición dominante para ser la candidata presidencial demócrata.
DESAFÍO INMINENTE Y UNA VENTAJA FINANCIERA
Kamala Harris cuenta con menos de 100 días para persuadir a los votantes estadounidenses y superar a Donald Trump en las encuestas. El Partido Demócrata ha optado por un proceso de nominación virtual debido a la proximidad de la fecha límite del 7 de agosto, cuando se deben oficializar las candidaturas.
A pesar del desafío, Harris cuenta con una ventaja significativa en términos de financiación de campaña. En julio, su campaña recaudó aproximadamente 310 millones de dólares, más del doble que el monto recaudado por Trump.
La mayor parte de estos fondos, unos 200 millones de dólares, llegaron tras el anuncio de Biden de su retirada de la contienda.
Ante este logro, el equipo de campaña de Harris destacó que julio fue “el mejor mes de recaudación de fondos de pequeños donantes en la historia de las elecciones presidenciales estadounidenses”.
En comparación, la campaña de Trump recaudó 138.7 millones de dólares en el mismo mes, durante el cual el exmandatario sufrió un intento de asesinato y recibió un fuerte apoyo en la convención republicana.
ELECCIÓN COSTOSA Y COMPETITIVA
Las campañas presidenciales en Estados Unidos son notoriamente costosas, con una parte significativa de los fondos destinados a la producción de anuncios publicitarios.
La ONG Open Secrets, especializada en financiación política, estima que las elecciones de 2024 podrían superar el récord de 5,700 millones de dólares gastados en 2020.
Aunque la nominación de Harris ha revitalizado el campo demócrata, los observadores advierten que Trump aún mantiene una ventaja en las encuestas, por lo tanto, la competencia en las próximas elecciones promete ser intensa y costosa, con ambos candidatos preparándose para una batalla electoral histórica.