Los curanderos mazatecos, o también conocidos como chamanes, a petición de familiares de los hoy difuntos les piden recibir a sus seres queridos prendiéndoles velas acompañadas de oraciones previo a la celebración de Todos los Santos, cuya actividad espiritual ancestral aún es muy practicada en estos años del siglo XXI en Huautla y diversos municipios de la región mazateca.
En estos actos de recibimiento de los fieles difuntos, los mazatecos mantienen esta costumbre de recibir a sus familiares extintos con velas encendidas y sostenidas por las manos de los curanderos, en donde el copal (incienso) no debe de faltar, mencionándose por orden de importancia los nombres de los extintos: el padre, la madre, el tío, la tía, los compadres y al final los amigos.
Los chamanes a esta costumbre ancestral le llaman “13 velas”, una ceremonia espiritual que la ejercen con respeto y misticismo, ya que también es parte esencial para que quienes ya se marcharon al lugar del sueño eterno vengan con alegría a la tierra, al lugar de los vivos, y juntos disfruten los alimentos y bebidas que se les coloca en los altares, a pesar de la nostalgia durante los días en que durará la fiesta en su memoria. Por este trabajo los chamanes cobran de 100 a 150 pesos, en tanto las velas y copal es llevado por los solicitantes.