Familias provenientes de diferentes barrios, colonias y agencias, como cada año, acudieron al panteón municipal de Cuicatlán llevando consigo ramos de flor de cempasúchil con las cuales fueron adornando los sepulcros, recordando así a quienes se adelantaron en este camino de la vida.
Muy abrigados por el descenso de la temperatura, niños, niñas, jóvenes y personas de diferentes edades continuaron con la tradición de permanecer toda la noche compartiendo un momento con sus muertos, muchos platicando con ellos, otros escuchando música y otros más con lágrimas avivaron los recuerdos.
La tristeza por no tener más a un ser querido se reflejó en la tumba de la pequeña Niki, donde sus padres llevaron dulces y algunos juguetes, mientras que sus abuelos con lágrimas expresaban su dolor por sentir la ausencia de la pequeña, pero que a su vez dijeron sentirse contentos por saber que esta princesita esta junto a Dios.
Así trascurrió el 1 de noviembre en el panteón de Cuicatlán, al efectuar un recorrido, “El Mejor Diario de Oaxaca” pudo observar un lugar iluminado por todas partes que reflejaba cientos de almas presentes ante las miles de veladoras prendidas.
Las primeras horas de este 2 de noviembre las familias salían del camposanto para retornar a sus hogares en familiar para convivir y prepararse para más tarde regresar nuevamente al panteón municipal.