Durante las campañas presidenciales, algunos candidatos de la coalición Fuerza y Corazón por México advirtieron que una victoria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) llevaría a México al comunismo. Sin embargo, los miembros de la coalición Sigamos Haciendo Historia desmintieron estas afirmaciones, calificándolas como estrategias mediáticas para sembrar miedo entre la población.
El comunismo, surgido en el siglo XIX, aboga por la lucha de clases y la supresión de la propiedad privada de los medios de producción. Este sistema, al no regirse por las leyes de oferta y demanda, carece de incentivos para atraer inversiones y es considerado autoritario. Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa, ha dejado claro que el autoritarismo no forma parte de su política.
Sheinbaum, quien se desempeñó como jefa de Gobierno de la Ciudad de México desde diciembre de 2018 hasta junio de 2023, ha demostrado su interés en promover la inversión y el desarrollo económico. Durante su gestión, facilitó la llegada de nuevas inversiones y la apertura de empresas en la capital. Su Proyecto de Nación continuará en esta línea, buscando atraer más empresas que beneficien el crecimiento social y económico del país.
Tras darse a conocer los resultados del conteo rápido del Instituto Nacional Electoral, Sheinbaum compartió sus primeros mensajes, subrayando que su gobierno seguirá siendo del pueblo y para el pueblo, basado en los principios humanistas del movimiento.
“Nuestro gobierno será honesto, sin influyentismo, sin corrupción ni impunidad. Será un gobierno con austeridad republicana; disciplina financiera y fiscal, y de autonomía del Banco de México. No habrá aumentos reales a los combustibles ni a la electricidad. Mantendremos la obligada división entre el poder económico y el poder político. Siempre defenderemos y trabajaremos por el poder supremo del pueblo de México y de la nación, y actuaremos apegados a las leyes y el derecho”, finalizó Sheinbaum.
Sheinbaum ha asegurado que nunca haría un gobierno autoritario ni represor, y que respetará la libertad empresarial para promover la inversión privada, tanto nacional como extranjera, en el próximo sexenio.