En México, la población de 60 años o más es un sector social y económicamente vulnerable, pues se estima que cerca del 47% vive en pobreza, y entre 20 y 30% sufre violencia física, psicológica, económica o abandono. El 41.4% es económicamente activo, y 69.4% presenta algún tipo de discapacidad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018 del INEGI.
El 36.7% de los adultos mayores que viven solos reciben jubilación o pensión; 21.7% están ocupados, pero no reciben prestaciones; 15.7% reciben aguinaldo y solo 13.4% tiene vacaciones con goce de sueldo.
Algunos adultos mayores tienen que recurrir a vender artículos en la calle para sobrevivir, por lo que no pueden mantener el confinamiento para evitar el contagio de Covid-19. La pandemia se extiende y las personas de 60 años y más se encuentran en especial riesgo de experimentar complicaciones y muerte por esta enfermedad, debido —muy probablemente— al envejecimiento del sistema inmunológico y a la presencia de múltiples comorbilidades.
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) acordó con las cadenas de tiendas de autoservicio el regreso de los adultos mayores que laboran como empacadores con estrictas medidas de seguridad. Ante la emergencia sanitaria había una preocupación de los trabajadores mayores de 68 años de no volver a ser contratados, pero el acuerdo es que el regreso sea voluntario.
El investigador Mario Enrique Tapia dijo que esta situación representa un reto en términos de políticas públicas y de atención, pues el país atraviesa por un proceso de envejecimiento: actualmente, cerca del 8.9% de la población —unos 10 millones de personas— son ancianos, pero en el 2050 representarán casi el 30%.
Para 2050, la esperanza de vida de los mexicanos será de 85 u 86 años, pero el hecho de vivir más no implica que la calidad sea mejor. Desafortunadamente, el entorno y contexto de las personas de la tercera edad en nuestro territorio no es favorable.
Un tema prioritario, prosiguió, es la atención a su salud, pues se considera que un adulto mayor acude cuatro veces más a consulta que otros grupos poblacionales, y el costo es siete veces mayor, porque muchos de ellos tienen padecimientos crónicos o enfermedades discapacitantes.
También se requiere atender aspectos sociales y psicológicos; por ejemplo, aunque no hay estadísticas confiables se calcula que entre un 20 y 30% sufre violencia psicológica, económica, sexual, física o abandono. Las mujeres son quienes la padecen más, debido a factores socioculturales, y a que su esperanza de vida es mayor.