La mayoría de muertes a causa de desastres naturales se deben a eventos meteorológicos como inundaciones, tormentas y olas de calor, y han duplicado sus cifras durante los últimos 40 años.
Otra parte importante se da por eventos geofísicos extremos, en especial terremotos, pero también tsunamis y erupciones volcánicas.
Los desastres naturales son inevitables, pero los daños que éstos causan pueden minimizarse; en cambio, la vulnerabilidad social, económica y ambiental pueden exacerbarlos.
En cualquier caso, nadie está a salvo de ser víctima de una catástrofe natural, por lo tanto, la reducción del riesgo de desastres concierne a todo el mundo, estableció la Coordinación Estatal de Protección Civil de Oaxaca (CEPCO).
En el marco del Día Internacional Para la Reducción de Desastres, la capacitación es de vital importancia en materia de prevención de desastres, ya que así la población adquiere herramientas y conocimiento necesarios para actuar antes, durante y después de una situación de este tipo.
De acuerdo con cifras del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), durante los últimos años, entre 2000 y 2020, se registró la muerte de 10,626 personas debido a desastres naturales, lo cual indica un promedio de 506 cada año y daños materiales por 576,311 millones de pesos, es decir un promedio anual de 27,443 millones de pesos.
Se estima que 40% del territorio mexicano y más de una cuarta parte de la población se encuentra expuesto a tormentas, huracanes e inundaciones.
De ahí la necesidad de contar con un Plan Familiar de Protección Civil que se adapte a cualquier tipo de emergencia y a las necesidades específicas de cada familia según la cantidad de personas que la integren, además de conocer las características propias del lugar en el que se habita.
El objetivo es actuar con oportunidad y salvaguardar la integridad física y bienes patrimoniales de las personas en caso de emergencia, por ello, es importante las capacitaciones constantes tanto a empresas como a instituciones públicas.
Con este tipo de cursos adquieran conocimientos, elementos y destrezas para que puedan desarrollar sus programas internos de protección civil, a fin de que sean los primeros respondientes en la contingencia.
El Día Internacional para la Reducción de Desastres se estableció con el propósito de concienciar a los gobiernos y a las personas para que tomen medidas encaminadas a minimizar estos riesgos, como su prevención y mitigación, e incluyan actividades de preparación.
Este Día Internacional se centrará en la Meta G del Marco de Sendai: “Incrementar considerablemente la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de la información y las evaluaciones sobre el riesgo de desastres transmitidas a las personas, y el acceso a estos para 2030”.