Diarrea, náuseas y dolor de cabeza es una constante entre vecinos de El Molino del municipio de San Pablo Huitzo, ante la grave contaminación del Río Atoyac ubicado en las cercanías de sus viviendas.
Desde temprana hora los habitantes de la zona que se dedican a las labores del campo perciben olores fétidos que provienen del río de aguas negras, pese a las promesas de solución de las autoridades de cada sexenio.
En esta zona donde se tenía un río limpio hace más de cinco décadas de acuerdo a los vecinos, ahora luce contaminado por la falta de intervención de las autoridades municipales y estatales, luego de que dejara de funcionar la planta de aguas residuales que se localiza en el municipio vecino San Francisco Telixtlahuaca.
Varios de los vecinos coincidieron en que los olores y las bacterias que circulan con el aire se agudizan a mediodía con el intenso calor, generando constantes enfermedades diarreicas, visuales y respiratorias, sobre todo en niñas, niños y personas adultas mayores.
Este río era un río limpio y ahora hasta negro se ve cuando hay poca lluvia. Varias veces se ha pedido a las autoridades que intervengan para dar una solución, pero siempre dicen que ya mero, pero nunca lo hacen porque no les interesa”.
Las enfermedades gastrointestinales son las más frecuentes en los diferentes grupos de edad, seguidas por la conjuntivitis, debido también a la contaminación en este río donde los pobladores realizan constantes tequios.
La situación es preocupante para los vecinos porque además del fuerte olor que se percibe todos los días, algunos pozos cercanos ya se han contaminado o podrían contaminarse, con el riesgo de generar más enfermedades como la hepatitis.
De manera reciente, organizaciones ambientalistas se manifestaron frente al Palacio de Gobierno para mostrar su preocupación por la contaminación en el Río Atoyac, al mismo tiempo de recordar las promesas de solución que en campaña realizó el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz.
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