Las personas migrantes son la presencia de Dios, porque están necesitadas de amor y de tenderles la mano, expresó el arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera, Pedro Vázquez Villalobos, a la par de lamentar el desprecio y las humillaciones que sufren.
En el mensaje que ofreció ayer, desde la catedral indicó que se trata de hermanos y prójimos que necesitan de ayuda.
Frente a la comunidad católica, monseñor lamentó la avaricia cuando a los turistas se les recibe de la mejor manera, pero se cierran los ojos ante quienes piden apoyo para seguir su ruta a Estados Unidos.
Qué gusto y alegría nos da a los oaxaqueños que vengan a visitarnos los turistas y cerramos nuestros ojos y miramos para otro lado cuando vemos a venezolanos, nicaragüenses, cubanos, haitianos, salvadoreños, hondureños, guatemaltecos”, dijo.
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Por eso, en medio del inicio de la festividad de Día de Muertos, el prelado lanzó la pregunta: ¿Cómo estamos tratando a las personas migrantes que pasan por la ciudad?
Da alegría ver a los que vienen de los Estados Unidos, los güeritos y que trae dolaritos, o quien vienen de este estado y aquel porque van a ir al restaurante, irá al hotel, porque van a dejar recursos. Los otros nos piden recursos y decimos: no tengo, soy pobre”, lamentó.
Pedro Vázquez Villalobos también lamentó la actitud de quienes abusan de la necesidad de trabajo y pagan salarios míseros con horarios que no corresponden a lo justo.
Y así se ahorca, se amarra a una persona para que trabaje por una miseria, remató.
Pero además, condenó a aquellas personas usureras que cobran intereses elevados por prestarle dinero a su prójimo ante una necesidad.
Por eso, en la misa dominical, hizo un llamado a las personas que dicen amar a Dios a que se comporten de la misma manera con el prójimo, con la o el vecino, a quienes en ocasiones rechazan y ejercen actitudes abusivas.
Y decimos que amamos a Dios y nos está costando mucho trabajo amar a nuestro prójimo”, dijo.
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