He recibido diversas críticas a mis opiniones, siendo llamado incluso conservador reaccionario, por sostener que nos encontramos en un estado de civilización en el cual se nos permite ya resolver nuestros conflictos a través de la razón y el derecho y es que, el tomar como argumento que los grandes movimientos de la historia de la humanidad se han resuelto a través de la violencia, como la Revolución Francesa, la Independencia de México, la Guerra de Reforma, la Revolución Mexicana, entre otros, es negar nuestra propia evolución como especie, pues de qué nos sirve tener conocimiento de los horrores y la miseria que ha generado la violencia, si no somos capaces de evitarlos.
Pero la visión no puede ser tan cerrada, la problemática social no se expresa en lenguajes binarios, no todo es negro o blanco, o si y no, se requiere la sensibilidad de entender realmente que está sucediendo y cómo pueden estos movimientos crear conciencia en nuestra sociedad, si alguien se expresa de manera violenta se da por dos circunstancias: no conoce otra forma de expresión o las formas de expresión que tiene a su alcance no son suficientes a sus necesidades y ello tiene como consecuencia la frustración, es así que podemos explicar que, históricamente, la guerra ha sido una necesidad fatal a la que se ha tenido que acudir para reivindicar los derechos de la sociedad, pero también ha sido el recurso de los déspotas para imponer su voluntad, para oprimir a los débiles, por lo que debemos ser muy cuidadosos sobre el porqué y para qué se acude realmente a actos de violencia, un claro ejemplo lo tenemos con la época de la Alemania Nazi, en la que se masacró a millones de personas en cumplimiento estricto de la ley.
En lo personal, nunca estaré de acuerdo con la protesta violenta, pues considero que solamente se puede dar ante la falta de capacidad de actuar en otros ámbitos, pues en esta fecha nos constituimos en una república representativa, laica, democrática, conformada por instituciones a las que se puede acudir, administrada por miembros de la propia sociedad y que, ante su mala actuación u omisión pueden ser sancionados, reitero que tengo plena fe en las instituciones del Estado, pues durante toda mi vida profesional me ha tocado trabajar con ellas, tanto de manera externa como interna, y tengo certeza que la mayoría de las personas que laboran en ellas son profesionales que buscan la forma de resolver los problemas a su cargo y siempre existe una forma legal de hacer las cosas, y no es que nos “indigne mas” un vidrio roto, una pared rayada o incluso un monumento destruido, que la muerte o violación de una mujer, simple y sencillamente la mayoría de los ciudadanos queremos vivir en paz, y por su naturaleza es mucho más evidente una protesta violenta que una violación, pero la dignidad humana por supuesto que debe ponderarse por sobre cualquier cosa.
Hay que poner especial atención en los hechos, no creo que un día, de repente, un grupo de mujeres se haya despertado y haya dicho “vamos a romper la puerta de la Fiscalía General de la República y vandalizar el Ángel de la Independencia” todo tiene siempre un porqué, y como sociedad, por supuesto que nos duele la violencia que se genera contra las mujeres, y pareciera que los instrumentos legales son insuficientes para garantizarles el derecho a una vida digna y libre de violencia, pues aunque el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establezca que el varón y la mujer son iguales ante la Ley, existan políticas públicas generadas precisamente para erradicar la violencia de género, tomando en cuenta los procesos históricos del Estado Mexicano moderno y resoluciones internacionales emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos hace casi 10 años, el 16 de noviembre de 2009, sobre el caso “Campo Algodonero” o “muertas de Juárez”, en el que quedó demostrada la responsabilidad del Estado Mexicano por ser omiso en garantizar la vida y seguridad hacia las mujeres, así como la aplicación de tratados internacionales, como lo son la CEDAW y la Convención Belem Do Pará y emisión de alertas de género, lo que ha derivado en la creación de leyes específicas para proteger a las mujeres, protocolos de actuación, la creación de instituciones públicas especializadas a nivel nacional, estatal y municipal, es decir, en todos lo niveles de gobierno, dirigidos a prevenir y erradicar la violencia de género, pareciera que no es suficiente, nuestras mujeres, y digo nuestras no por un sentido de pertenencia, sino de solidaridad y empatía, como iguales en la sociedad, siguen teniendo miedo de salir solas, se tienen que limitar en cómo vestirse, comportarse o expresarse, porque no vaya a surgir alguien que malinterprete sus acciones y se sienta con el derecho de agredirla, y así, cada día nos enteramos de nuevos feminicidios en las diferentes entidades del país, violaciones, abusos sexuales, y diferente tipo de violencia hacia las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
Algo que tengo claro es que no son las autoridades las que comenten las agresiones contra las mujeres, pero si tienen la obligación de prevenirlas, perseguirlas y sancionarlas, con profesionalismo, eficacia, eficiencia y sobre todo sentido humano, sin re victimizarlas, es decir, si debe existir exigencia a las autoridades pero la situación no va a cambiar si no se da un cambio cultural desde la sociedad, así, se puede destinar el mayor presupuesto, endurecer las penas y realizar todas las campañas para erradicar la violencia de género, pero sin una ciudadanía participativa, que tome su papel y responsabilidad en la resolución de esta problemática, todo esfuerzo será insuficiente.
Lo primero que tenemos que entender, es que la violencia hacia las mujeres es un problema real, cuya solución nos compete a todos, debemos dejar de verla como un problema de gobierno ajeno a la ciudadanía, y tener empatía, pues aunque existen opiniones feministas que pudiéramos considerar exageradas que se trata de un reclamo legítimo y como respuesta deben de tener la protección tanto de los gobiernos como de la propia sociedad, pues por naturaleza, bilógicamente el hombre y la mujer se desarrollan de manera distinta, y las mujeres si están más expuestas a ser víctimas de algunos delitos, principalmente de naturaleza sexual, por lo que más útil que cambiar nuestra foto de perfil de Facebook para ponerle un detalle de brillantina rosa, es tomar conciencia de lo que como individuos nos toca hacer para que las mujeres mexicanas se sientan seguras.
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