Ya antes estuvo en la mesa este tema; entonces Paul von Hindenburg, tenedor de una de las cabeceras, obsequió un extraordinario análisis. Con ese antecedente Fibronio Limón, desde la otra cabecera comienza a hablar y, créanlo queridos 10 lectores, lo que el sargento Limón aquí dice es, desde todas las ópticas, una “verdad geométricamente justa y perfecta”. Lo dictado por este fusilero de infantería merece el trato más pulcro posible. Así lo haremos.
-El recientemente firmado acuerdo que por definición lo citan como: “Entendimiento Binacional para Seguridad MEX-EUA”, no es otra cosa más que uno de los tantos tratados, acuerdos y/o convenios que tiene México con otros países y con organismos internacionales en los que se busca fortalecer la Seguridad de nuestro país ante grupos delincuenciales transnacionales, mediante la cooperación recíproca con otros estados en materia de intercambio de información, cooperación para la captura de fugitivos e infractores de la ley y otros puntos de interés de cada país en particular-. La incursión horizontal de las palabras hechas por Limón ocupó totalmente el terreno de nuestra atención. Entonces el sargento continuó.
-Pero bien, para entender la génesis de esto, es preciso recurrir a la academia; en este caso es pertinente recordar que los “acuerdos internacionales” son una fuente del Derecho Internacional mediante la cual se crean derechos y obligaciones que por su origen se conocen como convencional y que constituyen el efecto jurídico general del Tratado; lo anterior, plantea el problema de la obligación y la aplicación entre las partes de lo que hayan convenido.
Es decir- dice Limón -son acuerdos legales entre naciones que ayudan a facilitar las relaciones; pueden ser económicos, políticos, sociales, militares, científicos y/o culturales entre otras, mediante el cual los países crean vínculos internacionales y mantienen un compromiso y global-. Como buen Infante Fibronio sigue caminando.
-Sin embargo, para no equivocarnos en cuanto a su alcance, hay que recordar que los tratados internacionales se encuentran en el marco jurídico de la Seguridad Nacional, ratificados en el artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; son Ley Suprema de la Unión, estos tratados son superiores al de las leyes federales y estatales, solo debajo de la constitución-. Como para dar tiempo a que sus palabras se acomoden, Limón hace un “Alto oral” … y continúa.
-México cuenta con más de 15 acuerdos internacionales relacionados con el libre comercio, con la promoción y protección recíproca de las inversiones y de integración con otros países. Además, nuestro país participa activamente en diversos organismos y foros multilaterales y regionales; lo anterior, lleva a México a formar parte de más de 120 tratados internacionales y 115 acuerdos interinstitucionales. Ni el aire se atrevía a distraerse
-Pero en específico- dice Limón, -en materia de Seguridad, México ha firmado más de 50 tratados en el combate a la Delincuencia Organizada, 7 tratados de Derecho Penal Internacional, 10 en la lucha global contra el narcotráfico y 14 tratados en el combate al Terrorismo; es decir, – acá cambia el color de su voz y agrega -para quienes ven este ultimo acuerdo con nuestro vecino del norte como una mala señal de política exterior, pues los hechos demuestran que se equivocan, ya que es uno de mas tratados en este rubro; por supuesto- sigue hablando con comodidad -al ser nuestro vecino y principal socio comercial, viene a ser el mas importante por sus efectos de corto plazo.
Sin embargo- un gesto nos hace poner más atención, -no podemos dejar de observar la gran politización que se ha dado para este convenio en ambos lados de la frontera, y para nadie es desconocido que el gobierno estadounidense desde hace más de 20 años ha tratado de incluir en todos sus convenios con México temas de su seguridad tales como: la vulnerabilidad de nuestras fronteras, la migración irregular, los índices de violencia, el tráfico de drogas y las condiciones laborales internas de México. Por lo tanto, esta última renegociación del Plan Mérida, produce incertidumbre sobre el futuro del país, ya que se podría dañar a la economía mexicana dada la profunda dependencia de nuestro país en el comercio exterior con los EUA.