En esta ocasión y con las “fiestas” a la vista, querida lectora, amigo lector, olvidemos los problemas un instante para leer cosas bellas; se me viene a la mente escribir de algunas metáforas que he recordado.
1.-“Una vez robé un lucero de lo alto de un Monte blanco. Se lo regalé a la noche para embellecer su manto”.
2.- “Nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar que es el morir”.
3.- “Era rubia y nevada como margarita sin par, quien la vio no la pudo ya jamás olvidar. Por diez años fue mía, pero cosas tan bellas no pueden durar, y a la fuente de gracia de donde procedía, se volvió un día como gota que se vuelve a la mar”.
4.- “Ojos verdes como el mar, como el mar por la ribera, ojos en los que reverbera la luz crepuscular”.
5.- “Ojos claros serenos, si de un dulce mirar sois alabados, ¿Por qué si me miráis mirar airados? Si cuanto más piadosos, más bellos parecéis a aquel que os mira. No me miréis con ira, porque no perezcáis menos hermosos. ¡Ay tormentos rabiosos! Ojos claros serenos, ya que así me miráis, miradme al menos”.
6.- “Rinconcito donde hacen sus nidos las olas del mar”.
7.- “Vibración de cocuyos que con su luz pueblan de lentejuelas la oscuridad”.
Hasta aquí la dejo, y sé que hoy voy a dormir muy bien.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.