Podemos comparar, guardando desde luego las distancias, entre proverbios del Antiguo Testamento con los refranes mexicanos.
Al revisar en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, encuentro que Proverbio y Refrán son sinónimos, en consecuencia, aquí están escritos de memoria, algunos “Proverbios Mexicanos” de nuestra lengua popular.
Dirá usted querida lectora, amigo lector “o que es la ociosidad”, pero qué le vamos a hacer en medio de la quinta ola de Covid-19:
A palabras de borracho, oídos de cantinero.
A caballo dado, no se le ve el diente.
A enemigo que huye, puente de plata.
Al mal paso, darle prisa.
Al mal tiempo, buena cara.
Al nopal sólo lo van a ver cuando tiene tunas.
Al ojo del amo el macho engorda.
Caballo que alcanza, gana.
Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar.
Quien con lobos anda, a aullar se enseña.
Más sabe el Diablo por viejo, que por Diablo.
Más vale paso que dure, que trote que canse.
En martes, ni te cases ni te embarques.
Más vale tarde que nunca.
Más vale pájaro en mano que cien volando.
No por mucho madrugar, amanece más temprano.
No hay mal que por bien no venga.
Despacio que voy de prisa.
Pa’ los toros del Jaral los caballos de allá mesmo
Existen desde luego otras decenas de refranes que iré recordando con el tiempo.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.