Una constante en los medios es el estado deplorable de las calles, sobre todo baches.
Hace algunos años se decidió adoquinar el Centro Histórico, y se iniciaron las tareas por Don Pedro Vásquez Colmenares, que adoquinó el Zócalo de nuestra ciudad capital y sucesivamente otros gobernadores continuaron la tarea en varias calles, que de pronto fue suspendida en el Gobierno de Gabino Cue, el caso es que las calles adoquinadas no han sufrido deterioro en años, y es prudente y aconsejable que se continúe esta práctica a partir del próximo presupuesto estatal del 2024.
El adoquín debe ser de buen concreto de cuando menos doce centímetros de grueso. De llevarse a cabo esta obra, en breves años la capital luciría espléndida sin baches, socavones y charcos que oculten los deterioros y se conviertan en auténticas trampas para los automovilistas, motos y hasta ciclistas.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.