En el Tren Maya, los periodistas viajarán en tercera clase y los polacos en primera.
El mapache guasón
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, se forma con once personas, ministros o ministras y ante la renuncia del ministro Saldívar hace unas semanas, era necesario nombrar a la persona necesaria para completar la Corte.
Constitucionalmente, el presidente tiene la facultad de enviar una terna al Senado, para que de ella se nombre a la persona sustituta.
En ese orden de ideas, López Obrador, envió una primera terna que fue rechazada; y de acuerdo con la Ley, envió una segunda que también rechazó el Senado.
Así las cosas, el presidente tiene el derecho y la obligación de nombrar a la persona sustituta, ya sin intervención de la Cámara Alta.
En ese contexto nombró a la ciudadana Lenia Batres, quien será ministra de la Corte.
Se ha cumplido con la Constitución y la SCJN está ya completa; el caso es que esta persona es hermana del ciudadano jefe de Gobierno de la CDMX, Martín Batres, el hombre de la sonrisa eterna, y a mi juicio, estimo, es una suerte de favoritismo casi nepotista.
A pesar de todo, esa circunstancia no demerita el nombramiento y ojalá que la nueva ministra cumpla la Ley, sin favoritismos por el parentesco o por lealtad a AMLO.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.