El martes pasado, en Oaxaca de Juárez, recibimos las aguas precursoras de la primavera. En efecto, por cosa de una hora, la lluvia nos pronosticó los aguaceros de mayo y las intensas lluvias de la entrante primavera.
Ojalá sea así y nuestros mantos freáticos, pozos artesanos y profundos se llenen y tengamos agua en los Valles Centrales durante la próxima entrada de la primavera.
El daño causado por el aguacero, no es comparable con los beneficios que nos deja la lluvia.
Así las cosas, no debemos confiarnos y debemos seguir ahorrando el abasto del líquido vital en nuestros domicilios, ya que, si la gastamos desmedidamente, tarde o temprano llegaría otra crisis, peor que la actual.
Yo también soy Pueblo
Por allí nos encontraremos.