El pasado jueves por la radio se informó de un caso de sarampión, que se consideraba erradicado de México, por la intensa vacunación de hace décadas.
El caso me trae a la memoria de una comida en la casa de don Óscar Maza López, hace décadas, a la que asistieron el doctor Juan I. Bustamante, el doctor Humberto Morales Corrales, a la sazón delegado del PRI en el Estado, el suscrito su servidor y otras personas.
El caso es que se presentó la enfermedad de un niño de escasos tres o cuatro años.
Don Juan pronosticó que se trataba de sarampión y el doctor Morales señaló otro tipo de infección.
Al salir del sanatorio se comprobó que era sarampión; el asunto se atendió y la cosa no pasó a mayores.
El enfermito sanó y ha sido por muchos años el jefe de bomberos de la Entidad, nombrado recientemente secretario de Seguridad, y me refiero a mi amigo Manuel Maza Sánchez a quien deseo el mayor de los éxitos.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.