Algo y pronto se debe hacer debido a que el pasado mes de mayo se convirtió en el mes con el mayor número de mujeres asesinadas de manera violenta en lo que va del año, además enero representó el segundo lugar con 10 muertes violentas de mujeres, seguido de febrero con ocho, marzo con seis y abril con cinco. Oaxaca acumula 41 mujeres asesinadas en este 2024, de los cuales, 28 fueron por impacto de balas, cinco no fueron especificadas, tres fueron por golpes e igual número por apuñalamiento, además de dos por estrangulación.
Según revelan organizaciones de mujeres, las regiones donde más se presentan este tipo de agresiones son Valles Centrales, Istmo de Tehuantepec, Sierra Sur, Costa, Mixteca, Cuenca y Cañada. La violencia contra mujeres y niñas es una violación grave de los derechos humanos y su impacto puede ser inmediato como de largo alcance, e incluye múltiples consecuencias físicas, sexuales, psicológicas, entre otras.
Afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su plena participación en la sociedad. Además de tener consecuencias negativas para las mujeres, la violencia también impacta su familia, comunidad y el país. Los altos costos asociados, que comprenden desde un aumento en gastos de atención, de salud y servicios jurídicos a pérdidas de productividad, limitan presupuestos públicos nacionales y representan un obstáculo al desarrollo.
Gracias a movilizaciones promovidas por la sociedad civil y los movimientos de mujeres, se ha conseguido incluir la erradicación de la violencia de género en las agendas nacionales e internacionales. Nunca tantos países han contado con leyes contra la violencia doméstica, las agresiones sexuales y otras formas de violencia. Sin embargo, continúan existiendo desafíos en la aplicación de estas leyes, resultando en una limitada protección y acceso a la justicia por parte de mujeres y niñas. Asimismo, no se hace lo suficiente para prevenir la violencia, y cuando ésta ocurre a menudo queda impune.
Ética política
Celebradas las elecciones para la Presidencia de la República, Senado y Cámara de Diputados, así como legisladores locales y presidentes municipales, los oaxaqueños confían que los protagonistas ayuden a dignificar la política. Ante los excesos cometidos por políticos y sus familiares exhibidos en las redes sociales, ha llegado el momento de dignificar la carrera política y evitar que el descrédito de todos ellos siga en aumento.
Ha llegado el momento de que la clase política se ponga límites, pues siempre busca su propio beneficio y siguen exhibiendo una enorme rapiña por los recursos económicos de que gozan y los prolonguen a sus familiares, en un exceso que debe ser sancionado por la ley.
Es indudable que la política y los políticos han perdido credibilidad, hasta ser considerados un problema para la ciudadanía. Falta de propuestas, groseras descalificaciones y mentiras como forma de ejercer el poder. Se pasa del servicio a los ciudadanos a servirse de los ciudadanos Por eso es necesario informarse y mantener el espíritu crítico.
Ante el enorme descrédito que arrastran los políticos, es necesario implantar un código de ética, dignificar sus tareas y actividades para que no haya abusos, ya que tanto los medios de información y comunicación, como las redes sociales se han convertido en el mejor termómetro para conocer la irritación de los ciudadanos ante actos de presunta corrupción.
La política es un elemento fundamental de nuestras vidas, de nuestra sociedad, por eso se insiste en dignificar la política y, por tanto, hay que dignificar a quienes la ejercen: los políticos. Hombres y mujeres que la ejercen, desde los más diferentes posicionamientos ideológicos, ya que, salvo honrosas excepciones, se la pasan deambulando de un cargo de representación popular para amasar fortunas, pero jamás responder a las aspiraciones de sus representados.