El jamón, conocido por su versatilidad en la cocina, es un alimento popular para desayunos, bocadillos, comidas y antojitos. Sin embargo, su consumo excesivo ha sido desaconsejado por las autoridades sanitarias debido a los riesgos de enfermedades cardiovasculares y cáncer.
En respuesta a esta preocupación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un análisis de más de 30 marcas de jamón, evaluando tanto los de cerdo como los de pavo. El objetivo fue identificar las opciones más saludables y con mayor contenido de proteínas. Profeco insiste en que, pese a encontrar opciones más saludables, el consumo de jamón debe ser moderado para evitar enfermedades crónicas.
El estudio de Profeco verificó que todas las muestras cumplieran con la normativa en cuanto a etiquetado, incluyendo denominación, clasificación, marca, razón social, lote, fecha de caducidad, leyenda de conservación y contenido neto. También se aseguraron de la veracidad de los ingredientes y leyendas en las etiquetas.
Entre las marcas evaluadas, el jamón Peñaranda, en su presentación horneado sin sal añadida (200 g), fue destacado por su contenido nutricional. Este jamón de cerdo contiene 20.6% de proteína libre de grasa y solo 2.48% de grasas, posicionándolo como una de las opciones más saludables disponibles en supermercados.
A pesar de su popularidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido advertencias sobre el consumo de carnes procesadas. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha vinculado el consumo de estos productos con un mayor riesgo de cáncer de colon, páncreas y próstata. La investigación muestra que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%. Aunque el riesgo individual de desarrollar este tipo de cáncer es pequeño, aumenta con la cantidad de carne procesada consumida.