El próximo sábado se inaugurará en Santiago de Cuba una estatua de Paul McCartney. Ésta estará ubicada en el restaurante El Morro, en donde hace 18 años el ex Beatle almorzó con su familia, mucho antes de que el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba pusieran de moda a la isla como destino turístico y permitieran conciertos de The Rolling Stones.
“Muy bueno, volveré”, fue el mensaje que dejó el músico en una servilleta que guardaron, así como la vajilla y los muebles usados por el ex Beatle durante su visita. En lo que sucede su esperado regreso, la representación de Paul permanecerá sentada en la misma mesa en la que él y sus hijos probaron tortillas y vegetales, bebieron el coctel Piña Delicias y cerveza Mayabe.
En esa ocasión McCartney visitó el Castillo del Morro, fortaleza colonial de la ciudad cubana, y la Casa de la Trova Pepe Sánchez. Cuentan que durante el viaje compró discos de artistas cubanos, tales como Eliades Ochoa.
Aunque escuchar a The Beatles estuvo prohibido por el régimen de Fidel Castro, el exmandatario cambió de opinión a los 20 años de la muerte de John Lennon (unos meses después de la visita turística de Paul), cuando develó una estatua de bronce del fallecido músico, ubicada en una banca del parque que lleva su nombre.