En la capital oaxaqueña es normal ver a personas durmiendo en banquetas y parques, descuidadas, sucias y solas, nadie sabe quienes son, de donde llegaron, hay quienes suponen que los vinieron a dejar de algún otro estado o comunidad; verlos dormir, consumir alcohol, drogarse y hacer sus necesidades fisiológicas en pleno Centro Histórico se ha vuelto normal entre la sociedad, la realidad es que hasta el momento nadie los reclama nadie los busca y no existe quien se haga responsable de controlar esta situación.