Por: Juan José
El día de hoy les vengo a contar la historia de la llamada “Noche Triste”, que ocurrió un 30 de junio, ya ven que a mí me gusta platicarles sobre la Historia y como coincide con la fecha, pues decidí que éste era un buen día para hablar de esto, así que veamos:
Nos ubicamos en la época en que los españoles habían llegado a Tenochtitlan, ellos buscaban la manera de tomar el poder de los aztecas y los aztecas no lo iban a permitir fácilmente. La noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, los conquistadores españoles al mando de Hernán Cortés huyeron de la ciudad de Tenochtitlán, capital del Imperio Azteca.
Aquella batalla ha pasado a la Historia como la Noche Triste, pero no fue triste sólo para los españoles, también lo fue para sus aliados tlaxcaltecas, que sufrieron miles de muertos. Para los aztecas (o mexicas) tampoco fue una “Noche Alegre”, sino una “Noche de Venganza”, en la que ajustaron una larga lista de cuentas con los invasores. Se podría decir que se las devolvieron todas juntas: la entrada sin permiso, el secuestro de Moctezuma, las recientes matanzas, las afrentas a los dioses, el robo del oro… tantos despojos e injusticias sufridos en su propio territorio…
Los españoles, al mando de Hernán Cortés, bajo ataque y con escasos alimentos deciden salir de la ciudad Tenochtitlan. Huyeron en la medianoche del 30 de junio de 1520.
Cortés dio la señal de partida y bajo la consigna de silencio, marcharon por un puente de canoas en dirección a Tlacopan (Tacuba). Antes de llegar a las calzadas de salida de la ciudad azteca fueron sorprendidos por guerreros aztecas, quienes sonaron la alarma que alertaba de la huida de los españoles.
Como los españoles y sus aliados alcanzaron las calzadas de salida, cientos de canoas aparecieron en las aguas junto a los guerreros aztecas. Los españoles y sus aliados tlaxcaltecas lucharon en su camino de huida bajo la lluvia ante un sinnúmero de flechas, utilizando puentes portátiles para cubrir las brechas, aunque como la batalla fue muy sangrienta y feroz, en su progreso algunas lagunas se habían convertido en un cementerio de restos humanos que fueron de ayuda para los fugitivos, a la hora de cruzar.
Hernán Cortés afirmó que sólo 150 españoles se perdieron junto con 2 mil aliados indígenas, mientras Francisco López de Gómara, capellán de Cortés, dijo que unos 450 españoles y 4 mil aliados habían muerto. Las supervivientes mujeres incluían a La Malinche y a dos de las hijas de Moctezuma bajo el cuidado de Cortés.
Tras esa noche, Hernán Cortés con La Malinche a su lado, se sentó bajo un gran árbol ahuehuete en Popotla (que hoy es una zona muy céntrica en la CDMX) y lloró por la pérdida de sus hombres y de la mayor parte de las riquezas que había adquirido.
El trayecto de los conquistadores españoles continuó de Tlacopan (Tacuba) hacia Otumba, donde tuvieron que confrontarse nuevamente con los guerreros mexicas en el episodio conocido como la batalla de Otumba, no lejos de Teotihuacan, lucharon contra los aztecas que los perseguían pero llos aztecas fueron derrotados y la batalla terminó con la muerte del capitán mexica que iba al mando y su ejército huyó y se disipó.
Finalmente los españoles pudieron llegar al territorio aliado de Tlaxcala donde Cortés trazó el asedio de Tenochtitlan y la eventual destrucción del Imperio Azteca. Sin embargo pasó más de un año para poder conquistar la ciudad de México-Tenochtitlan.
Esta parte de nuestra Historia es muy importante, pues marca un cambio muy grande hacia lo que hoy somos, un país mestizo. Por ahora es todo, nos leemos en otra ocasión.
¡Adiós!