Madre de cuatro hijos y abuela de 11 nietos todos ellos beisbolistas y softbolistas, ese es legado de la pelotera oaxaqueña Teresa Laureano Hernández, quien a sus 58 años sigue dando lo mejor de sí en el terreno de juego.
Doña Teresa es una de las pioneras del softbol en Oaxaca. Sus inicios en esta disciplina se remontan hace más de tres décadas cuando empezó a practicar este deporte gracias al apoyo de su esposo José Alfredo Jiménez Cortés, quien le compartió el gusto por rey de los deportes. En aquellos años solamente existía un equipo en el estado, el cual se daría a conocer con el nombre de Gacelas.
Esta larga trayectoria de la señora Teresa, no pasó desapercibido por la directiva de la Liga de Softbol Princesa Donají, quien en su ceremonia de apertura de su cuarta temporada reconoció a la jugadora de mil batallas.
En sus inicios, Teresa Laureano se desempeñaba como fielder, posteriormente mostrando su habilidad con el guante empezó a cubrir las paradas cortas y la segunda base, pero en el año de 1998 motivada por la incorporación de su hija a la Liga de Softbol Oaxaca (LSO), se forma el equipo Magníficas, en el cual ella era la jugadora de experiencia. Esta situación motivo la obligó a tomar la batuta y convertirse en la pitcher estelar del equipo, posición que desde entonces ha desempeñado.
Su trayectoria en el softbol la ha llevado a participar en diferentes equipos como lo fueron las Cachorras de la UABJO, Panteras, Queens, Atlantas y actualmente forma parte de las Pink Sox, donde comparte el diamante con su hija, nietas, nueras y amigas. Las peloteras lograron el subcampeonato de primera fuerza la campaña pasada en la Liga Princesa Donají.
Doña Teresa siempre dispuesta a dejarlo todo en cada entrada, apoyando siempre a su equipo y a sus compañeras, poniendo siempre el ejemplo a las nuevas generaciones. Sin embargo como todo deportista el retiro tiene que llegar, de acuerdo con la oaxaqueña este será en dos años, pero antes de eso va por otro título y cerrar con broche de oro su carrera.