Jacobo ROBLES
Un adolescente murió ayer alrededor de las 17:00 horas en una presa de San Pablo Huitzo, presuntamente se ahogo mientras nadaba; el cuerpo fue rescatado por personal del Heroico Cuerpo de Bomberos (HCB), especializado en rescate acuático.
LA TRAGEDIA
Se trata de un menor de edad con las iniciales J. N. R., de 13 años de edad, vecino de San Pablo Huitzo, quien al parecer se metió a nadar a la presa Matías Romero, ubicada en el paraje La Mora, en la misma localidad, pero desapareció de la vista y familiares pidieron ayuda a las autoridades locales, las cuales a su vez dieron aviso a los elementos del HCB, quienes arribaron al lugar con personal experto en rescate acuático.
Luego de laborar en la zona, los socorristas indicaron que el cuerpo de la víctima fue localizado aproximadamente a ocho metros de la orilla y a siete metros de profundidad.
El actuar de los socorristas fue inmediato y la experiencia de estos llevó a la rápida localización del adolescente, quien por desgracias tenía varios minutos de haber fallecido y se presume que su deceso se haya originado al introducirse en la zona donde el agua es más fría provocándole posiblemente entumecimiento de los músculos y se hundió.
Al lugar arribaron corporaciones policiacas locales y estatales para resguardar y acordonar el área en donde colocaron el cadáver, en tanto esperaban la llegada de los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) y peritos para llevar a cabo las diligencias correspondientes.
LEVANTAN EL CUERPO
Luego del levantamiento del cuerpo este fue llevado al descanso de la zona en espera de que peritos determinaran la causa del deceso. El cuerpo fue identificado y reclamado por sus familiares, entre ellos la madre del menor.
Por el caso, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca por protocolo obligatorio abrió la carpeta de investigación por el delito de homicidio, en contra de quien o quienes resulten responsables.
Personal del HCB aseguró que sienten impotencia ante este tipo de escenas, en donde deben entregar a una persona sin vida, más cuando se trata de menores de edad.
“Es una sensación indescriptible, sabes que la familia pone todas sus esperanzas en ti, pidiéndole a Dios que encuentres a su familiar con vida, clamando un milagro para poder recatarla y decirles, ¡está vivo! Tristemente, como bombero te parte el alma, no puedes llorar, no puedes abrazar al familiar de la víctima, no puedes revivir al occiso, es una verdadera tragedia” (Sic.), refiere un socorristas.