En días pasados, falleció la señora Sirenia García Cruz, mejor conocida como “Tía Sirenia”, quien fuera la partera más longeva de Puerto Escondido y fundadora de la colonia San Miguel.
El 01 de noviembre del año pasado, la señora Sirenia festejó sus cien años de vida, sin embargo, la noche del domingo 20 de marzo sus familiares informaron de su deceso; se presume que por causas naturales.
Cabe destacar que esta noticia estremeció a los pobladores, ya que “Tía Sirenia” era una persona muy conocida y querida en todo Puerto Escondido y sus alrededores, ya que prácticamente toda su vida fue partera y curandera de niños.
No obstante, pese a que la mujer contaba con un siglo de vida, gozaba de buena salud.
El día de su cumpleaños número cien, “Tía Sirenia” comentó para EL IMPARCIAL DE LA COSTA que era originaria de la comunidad de Sección Cuarta, perteneciente al municipio de Sola de Vega.
Agregó que se casó a los diecisiete años; su suegra era partera y fue quien le enseñó todos los conocimientos y secretos de la medicina tradicional.
La señora dijo que llegó a Puerto Escondido en los años 50 ‘s junto con su esposo, el señor Isaac García, y que inicialmente vivieron en lo que hoy es el centro de esta ciudad.
Posteriormente decidieron irse a un rancho que tenían a las afueras de Puerto Escondido, fue así como fundaron la colonia San Miguel.
Entre las anécdotas de “Tía Sirenia”, expuso que atendió un sin fin de partos y que por fortuna ningún recién nacido o parturienta fallecieron.
También agregó que en una ocasión tuvo la dicha de haber atendido a una mujer que dio a luz a triates.
Fue increíble escuchar a la señora Sirenia, ya que a pesar de su avanzada edad, permanecía lúcida, tenía buen oído y veía bien, el bastón lo usaba en lo más mínimo y conservaba casi toda su dentadura.
De manera sorprendente, “Tía Sirenia” podía sostener una plática como si tuviera sesenta o setenta años.
Dijo también que por su edad, la Secretaría de Salud ya le había retirado la certificación como partera, pero que todavía atendía embarazadas, realizando trabajos como acomodar el feto, sobarlas; así como curar a niños que requerían algún remedio tradicional, tales como empacho, caída de mollera, susto, entre otros.
Sin duda, una mujer que brindó un buen servicio a la comunidad.