Después de 14 días de angustia y desesperación, la búsqueda de Joselin Itzel Hernández Martínez, una joven de 18 años desaparecida, llegó a un trágico desenlace. Su cuerpo sin vida fue encontrado en una vecindad de la colonia Libertad, en el municipio de Tultitlán, Estado de México, lo que ha puesto de manifiesto serias irregularidades en las investigaciones realizadas por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
EL HALLAZGO: UNA BÚSQUEDA LIDERADA POR LA FAMILIA
La familia de Joselin activó un boletín de búsqueda el 1 de agosto de 2024. Después de que fue vista por última vez en la misma colonia donde posteriormente fue hallada. La abuela de la joven, Rosario Mondragón, fue quien inició una indagación por su cuenta, tras recibir una alerta de una mujer que afirmaba haber visto a Joselin entrar en una vecindad de la calle 21 de marzo.
Pese a que este trabajo correspondía a las autoridades, fue la familia la que acudió al lugar para investigar. Acompañados por la Policía de Género, entraron a la propiedad y en un cuarto de lámina del tercer nivel descubrieron un escenario inquietante: el piso había sido lavado, los colchones estaban levantados, y un fuerte olor fétido impregnaba el aire. Fue en ese mismo sitio donde más tarde encontraron el cuerpo de Joselin.
LA INTERVENCIÓN DE COLECTIVOS Y LA PRESIÓN A LA FGJEM
Ante la inacción de las autoridades, el colectivo de madres buscadoras, Ehécatl, se unió a la abuela de Joselin en su lucha. La presión ejercida por el colectivo fue clave para que finalmente se ejecutara la orden de cateo en la vecindad. Carmen Zamora, representante de Ehécatl, advirtió a la FGJEM que si no se actuaba con prontitud, tomarían la sede de la Fiscalía. Gracias a esta intervención, se realizó el cateo que llevó al hallazgo del cuerpo.
En el mismo lugar donde fue encontrada Joselin, también se halló el cadáver de un hombre con quien presuntamente vivía la joven. La propiedad donde ocurrieron estos hechos está vinculada a Jaime Aguilera Ceballos, alias “El Melias”. El sujeto que Rosario Mondragón había señalado como sospechoso en la desaparición de su nieta.
FALLAS EN EL PROTOCOLO Y LA EXIGENCIA DE JUSTICIA
Este caso pone en evidencia el incumplimiento por parte de la FGJEM del Protocolo Alba. El cual tiene como objetivo la búsqueda inmediata de mujeres y niñas desaparecidas para proteger su vida, libertad personal e integridad. Rosario Mondragón denunció públicamente que la Fiscalía se negó a agilizar la investigación. A pesar de que la familia proporcionó información valiosa sobre el posible paradero de Joselin.
El dolor y la indignación por la pérdida de Joselin Itzel Hernández Martínez son compartidos por su familia y los colectivos que luchan por justicia. Este caso no solo destaca las fallas en el sistema de procuración de justicia en el Estado de México, sino que también resalta que las autoridades actúen con diligencia y responsabilidad en la protección de las mujeres y niñas en el país.