Para llevar a cabo ciertos trucos, como desaparecer algo o convertir un objeto en un animal, los ilusionistas necesitan saber cómo funciona el cerebro humano, a fin de captar nuestra atención, distraernos y asombrarnos con sus mágicos actos.
Éstas son algunas de las tácticas que ponen en funcionamiento para “engañar” a nuestras mentes y hacerlas creer en la magia:
Divertir para distraer
A muchos ilusionistas les gusta hacer bromas para que la gente se ría, esto lo hacen para distraer la atención del público, por lo que todos estarán más atentos a su cara que a los pequeños detalles.
Dos cosas a la vez
Cuando ves que un mago mueve algo, pones toda tu atención en ese objeto, lo que él aprovecha para hacer otra cosa «a escondidas» y así sorprenderte con su truco.
En este caso, el mago se aprovecha de que nuestro cerebro no puede mirar fijamente dos cosas al mismo tiempo.
Movimientos a la vez
Lo diferente, nuevo y llamativo le gusta a nuestra mente. Los magos lo saben y lo aplican para hacer movimientos extraños y rápidos con las manos, así distraen nuestra atención y ejecutan los trucos sin que nos demos cuenta.
Cambios drásticos
Los pequeños detalles se nos escapan todo el tiempo, cosa que a los magos les gusta utilizar a su favor. Nuestra atención suele irse a los cambios drásticos, por lo que te recomendamos que la próxima vez pongas más atención a lo que no parece tan importante.
Ilusiones ópticas
A los ilusionistas les gusta usar efectos visuales. Un ejemplo claro es cuando cambian de mano algún objeto de forma rápida. Nuestro cerebro creerá por un instante que dicho objeto aún está en la mano original, y es justo en esa fracción de tiempo en el que llevan a cabo sus maniobras.
Cosas inesperadas
La mente no está acostumbrada a ver cosas inesperadas o que rompan con las leyes de la física. Por ejemplo, si avientas una pelota hacia arriba, sabes que en algún momento caerá al piso, debido a la fuerza de gravedad. Cuando el mago hace un truco que rompe con estas leyes, nuestro cerebro reacciona sorprendiéndose.
PEQUEDATO
Cuando algún truco nos asombra y no le encontramos una explicación racional, nuestro cerebro intentará crear posibles explicaciones a lo que hemos visto, pues se siente confundido.