Algunos lo hacen a temprana edad, mientras que a otros les toma un poco más de tiempo, pero siempre llega el momento de decir adiós para dejar el hogar de nuestra infancia.
Dejar a un lado las comodidades del hogar de tus padres, tíos o abuelos es difícil, sin embargo puede ser toda una aventura y te ayudará a alcanzar un grado de madurez necesario para la vida adulta.
Hacerte consciente de tus propias necesidades y de las responsabilidades que tienes contigo mismo te hará una mejor y más sabia persona.
Lo primero que debes hacer es dejar a un lado el temor de que algo salga mal y deshacerte de la idea de que no podrás hacerlo.
Recuerda que vivir solo no significa que estés solo, siempre tendrás el apoyo de tus seres queridos y eso debes tenerlo muy en cuenta.
1.- El sustento
Lo primero que tienes que considerar son tus ingresos. ¿Qué harás para mantener cubiertas tus necesidades primarias? Conseguir un trabajo, emprender un negocio, vender galletas… cualquiera que sea la opción que elijas debes tener en cuenta que debe ser algo que te genere ingresos seguros y de manera constante para adquirir la seguridad que necesitas.
2.- Poco a poco
Si tus ingresos aún no son muy grandes ¡que eso no te detenga! Una buena opción puede ser compartir un departamento con tu mejor amiga/o, con algún primo o prima o con algún compañero de la escuela. De esta manera no solo gastarás menos si no que pueden compartir las cuentas de servicios como el agua, el internet o incluso hasta las comidas.
3.- Lo básico
No te preocupes si tu departamento no está completamente amueblado, muchos inician con lo básico antes de adecuar sus espacios. Una cama, una mesa y un sofá pueden ser lo ideal para comenzar a vivir cómodamente. Una vez que analices cuales son las cosas que necesitas podrás conseguirlas poco a poco.
4.- Ahorra
Vivir solo implica pagar las cuentas sin ayuda, por lo que ahorrar de manera constante puede ayudarte muchísimo. Destina un porcentaje de tus ingresos a este ahorro y cuando menos te lo esperes tendrás una buena cantidad. Evita los gastos innecesarios, tener un poco de dinero extra puede ser muy útil en caso de alguna emergencia.
5.- Tómalo con calma
Sabemos que vivir solo es parte de un proceso complicado, es algo que hay que tomar con mucha calma y paciencia, te llevará algún tiempo acostumbrarte a tu nueva rutina y adaptarte a tus nuevas responsabilidades, pero valdrá la pena.