Los perros usan los ladridos para comunicarse, no se puede esperar que nunca ladren porque es parte de su naturaleza y la forma de expresar sus emociones.
Sin embargo, existen casos en los que estos se vuelven excesivos y cuando los propietarios atienden este comportamiento, suele ser de manera incorrecta, lo que puede traer otros problemas.
Al abordar este problema es necesario identificar la causa de este, hoy compartimos las causas para que reconozcas lo que pasa con tu canino:
Miedo: debido a ruidos muy fuertes, personas o situaciones que les asustan.
Desconocidos: los perros son animales territoriales, por lo que humanos ajenos a su hogar representan una amenaza.
Aburrimiento: cuando están solos y/o aburridos por mucho tiempo, su ánimo decae y lo expresan mediante ladridos o lloriqueos. Son animales que viven en manadas y prefieren la compañía.
Atención: buscan que su propietario les dedique tiempo y para comunicar que necesitan agua, comida o ir al baño, incluso para jugar.
Problemas de salud: mediante los ladridos también pueden expresar dolor.
Ansiedad por separación: cuando estos tienen un gran apego con sus familias suelen desarrollar este tipo de ansiedad al estar solos, y lo manifiestan con ladridos excesivos o destrucción de cosas.
¿Qué y qué no hacer?
Correcto
Si el ladrido aumenta cuando tocas a tu perro, revisa que no tenga alguna herida, si es así, consulta a tu veterinario
Mantén un entrenamiento constante.
No lo premies por ladrar, remueve lo que lo provoca esta conducta y adiéstralo a evitarlo.
Incorrecto
Gritarle a tu perro puede propiciar este comportamiento.
Permitir que ladre mientras está fuera de su hogar, hará que considere esto como un peligro y puede ser agresivo con extraños
El ejercicio y juegos pueden evitar esta conducta.