La tensión se apoderó del kibutz Beeri durante la mañana del 7 de octubre, tras la ofensiva con explosivos del grupo Hamás. Roberto Meyer, oriundo de México y residente en la comunidad, se convirtió en protagonista involuntario de este conflicto al enfrentarse a uno de los miembros de Hamás.
Según el propio Meyer, tras escuchar las primeras detonaciones, tomó medidas de precaución llevando a su novia, Yulie Ben Ami, y su mascota a un refugio en su hogar. Sin embargo, permaneció alerta, observando desde su cocina los movimientos del grupo islamista, quienes se movilizaban en motocicletas, atacando y secuestrando a varios de sus vecinos.
El momento crucial llegó cuando uno de estos milicianos se aproximó a la vivienda de Roberto. Equipado solo con un cuchillo de cocina, Meyer enfrentó y neutralizó al intruso. “Fue en defensa propia”, declaró en una entrevista con José Cárdenas, recalcando la imperativa necesidad de proteger a su novia, a quien considera su tesoro más preciado.
Los desafíos para la comunidad no cesaron ahí, ya que con la llegada de la noche y el humo resultante de incendios en varias viviendas, la visibilidad se redujo significativamente. A pesar de las adversidades, las Fuerzas de Defensa de Israel lograron rescatar a los habitantes de Beeri, incluido Meyer y su familia. No obstante, la situación dejó secuelas, ya que los suegros de Roberto, Ohad Ben Ami y Raz Ben Ami, fueron secuestrados por Hamás y aún se desconoce su paradero.