Apenas el año pasado, Oaxaca se ubicó como el primer estado del país con 81.1 por ciento de los trabajadores ocupados en condiciones de informalidad laboral, sobre todo en ambulantaje, piratería o negocios sin registro.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), correspondiente al trimestre octubre-diciembre de 2017, reveló que en el país la informalidad aumentó en 1.1 por ciento, pero fue en Oaxaca donde se registró el mayor porcentaje de trabajadores informales.
Por registros, le siguió Guerrero con 79.3 por ciento, Chiapas con 78.9, Hidalgo con 75 y Puebla con 73.7 por ciento.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que realiza la ENOE, el empleo informal o medición ampliada de informalidad, añade a la definición de trabajo informal como “el trabajo no protegido en la actividad agropecuaria, el servicio doméstico remunerado de los hogares, así como los trabajadores subordinados que, aunque trabajan para unidades económicas formales, lo hacen bajo modalidades en las que se elude el registro ante la seguridad social”.
“De esta manera, la medición de la ocupación en el sector informal se considera el punto de partida y un componente del cálculo de una medida más amplia: el empleo informal”.
Los resultados para el cuarto trimestre de 2017 indican que en Oaxaca un millón 351 mil trabajadores formaban parte del empleo informal en alguna de sus modalidades; por ello, la tasa de informalidad laboral fue de 81.1 por ciento.
Y mientras la entidad cerró 2017 con estos porcentajes en la informalidad laboral, ese mismo año, pero en los primeros meses, las autoridades municipales habían prometido “mejorar la imagen urbana, vialidad y ordenamiento del comercio en la vía pública”.
De esta promesa, que incluiría cero tolerancia a la doble fila en las vialidades de la ciudad, el constante mantenimiento a la red de semaforización, el cambio de luminarias y el retiro de puestos ambulantes que no cuenten con el permiso expedido por el gobierno municipal, poco ha mejorado la imagen de la capital.
A la par que las autoridades han retirado puestos ambulantes, los capitalinos han advertido la presencia de nuevos puestos, sobre todo en zonas donde los turistas nacionales y extranjeros acuden con frecuencia, como en las inmediaciones del Carmen Alto, la Catedral o el Templo de San Agustín, que se ven rodeados de vendedores de todo tipo.
Se triplican ambulantes por protesta magisterial
Aunado a estos registros, la presencia de ambulantes aumenta de manera considerable con el inicio del plantón magisterial en el primer cuadro del Centro Histórico de la ciudad, sobre todo en las calles aledañas al Zócalo capitalino, con la complacencia de las autoridades municipales.
Bajo el amparo de los integrantes de la Sección 22 del magisterio oaxaqueño, decenas de ambulantes hacen su agosto en pleno centro histórico, mientras los comercios establecidos registran bajas ventas.
Como en cada protesta magisterial, decenas de ambulantes se ubican en los espacios asignados por la Sección 22, señalada en varias ocasiones por los mismos vendedores por supuestas cuotas que les fijan para su instalación.
Con el pretexto de apoyar la protesta sindical, los vendedores ambulantes invaden incluso banquetas y dañan cantera e inmuebles históricos, sin que las autoridades puedan hacer algo al respecto.
Incluso, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no ha logrado que las autoridades del gobierno estatal y municipal retiren a los ambulantes del centro histórico de la ciudad, catalogado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Pese a la mala imagen que propician los ambulantes en esta zona de la ciudad, donde también se han generado actos vandálicos a inmuebles como la Iglesia de San Agustín, las autoridades permiten su crecimiento en calles donde antes solo los automovilistas podían estacionarse.
Mientras el INAH ha señalado en reiteradas ocasiones que a pesar de la presencia de decenas de puestos el centro histórico no corre el riesgo de perder su denominación, la promesa de las autoridades en turno es acabar con el ambulantaje, que se ve protegido por diversas organizaciones sociales.
Los vendedores aprovechan su instalación en más espacios con las protestas sindicales, que impiden la actuación de los elementos de seguridad para su retiro inmediato.
Incluso varias organizaciones de ambulantes aprovechan el plantón magisterial para instalarse y quedarse aún después de que los trabajadores de la educación deciden retirarse del primer cuadro de la ciudad.
Y aunque las autoridades municipales realizan operativos para retirar ambulantes que no cuentan con permisos, muchos de los puestos irregulares se ubican en zonas de mayor atracción turística.
Varios decidieron instalarse frente al Palacio de Gobierno y las calles Guerrero, Armenta y López, Hidalgo, Valdivieso, entre otros.