En la entidad se gasta más en la compra de alimentos de alto nivel de grasa y azúcar, que en aquellos de mayor nivel nutricional, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH).
Esta encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) mostró que en consumo de alimentos en los últimos años, sobre todo en las zonas urbanas, al menos el 48.1% es para la compra de atole, guisados, hot dog, sopas, tacos, tamales, tortas, menudo, pozole y licuados, entre otros.
En bebidas, el porcentaje es de 49.83 en la compra de refrescos de cola y otros sabores; seguido en 27.60% en agua natural embotellada y en 9.93 en jugos y néctares envasados, mientras que en agua preparada y jugos naturales, apenas es del 2.91%.
Las estadísticas mostraron también que en alimentos, la compra de tortillas y de pan es una constante, mientras que en cereales el consumo es del 28% y en verduras 23%, seguidos por la leche y derivados 8%, carnes 7% y huevo 5%.
Para las autoridades del sector salud, esta situación es preocupante, debido a que en los últimos años esta mala alimentación ha generado que incrementen los casos de obesidad y sobrepeso, así como enfermedades crónico degenerativas.
Tanto en Oaxaca, como en el resto del país, la Secretaría de Salud ha llevado a cabo desde hace varios años acciones para disminuir la ingesta de refrescos, galletas y golosinas en menores de edad, sin gran éxito.
Este tipo de alimentos altamente calóricos pueden generar alteraciones en el organismo y generar sobrepeso en los menores de edad, que aunado a la ausencia de actividad física, pueden mantener o llegar a la obesidad en la etapa adulta.