Los días jueves, viernes y sábado son los de mayor ocupación para el sector hotelero de la ciudad de Oaxaca, cifra que irá en descenso hasta en un 50 por ciento para el periodo del 17 al 24 de abril.
Los destinos de playa son los más beneficiados porque reciben a más personas en estas vacaciones de Semana Santa y Pascua.
No obstante, en las calles de la ciudad de Oaxaca, se observó la presencia de una gran cantidad de turistas, que en muchas ocasiones hicieron caso omiso de las medidas sanitarias, como el uso de cubrebocas.
El presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles en Oaxaca (AMHyM), José Rivera Espina, señaló que es una temporada importante; no obstante, los destinos de playa son los más beneficiados en el tema de la reactivación económica.
Esperaban el jueves una ocupación promedio del 80 por ciento, y llegaron a 81%; “sin embargo, esta cifra permanecerá hasta este sábado y después ya bajará”, comentó.
Por eso, en toda la temporada esperan una ocupación promedio de 45 por ciento los 15 días, lo cual es considerada una cifra baja frente a otras temporada.
No obstante, se ha ido recuperando la afluencia de visitantes después de la pandemia de Covid-19 en el 2020. En el 2021, registraron la mitad de turistas que llegaron en el 2019 y en este año, es prácticamente un 60 por ciento, que habla de una recuperación.
En tanto, en Huatulco se ha reportado una ocupación del 92% en estos días, cuyas cifras se ha incrementado este fin de semana y para el último tramo de vacaciones. Ese destino de playa, espera del 11 al 17 de este mes recibir una derrama económica de 207 millones de pesos.
Y en la semana de Pascua, que va del 18 al 24 de abril, una ocupación del 71% con la llegada de 27 mil 938 turistas que dejarán una derrama económica de 179 millones de pesos.
Las bahías proyectan una derrama total de 387 millones de pesos, con una llegada de 60 mil 455 personas y una ocupación promedio de 78 por ciento.
El sector de prestadores de servicios turísticos vaticinan que esta semana será una buena temporada previa a la llegada de la Guelaguetza, considerada como la parte de recuperación de la actividad económica.