Bajo la luz de la luna, entre la calidez de las velas y el aroma de las flores y el copal, las familias de Santa Cruz Xoxocotlán regresaron para velar a sus difuntos. La tradición que durante dos años se suspendió por la pandemia de Covid-19, se retomó el 31 de octubre en este municipio.
Convivir con sus difuntos como si recientemente hubieran fallecido es algo esencial para las y los habitantes de esta población. Entre ellos, la creencia es que si no se acude a la vela, sus fieles difuntos se sienten olvidados, por eso la importancia de acudir para estar un rato o toda la noche junto a su última morada.
Miles de familias y turistas se congregaron en el panteón Mictlancíhuatl, el llamado panteón viejo de este municipio conurbado.
Días previos a la vela de Día de Muertos, la limpieza y embellecimiento de las fosas en el panteón fueron realizadas por las familias que anoche llegaron para la convivencia.
Preparadas con sillas de madera, bancos de plástico o solo apoyados en el frío cemento de las lápidas, las familias xoxeñas cumplieron la tradición mientras compartían los alimentos o un mezcal. Sus rostros reflejaban el cariño y amor por aquellos seres que marcaron sus vidas y partieron de este mundo.
La tradición entrañable inició al anochecer del 31 de octubre y tenía previsto concluir al amanecer del 1 de noviembre. La música de banda, la venta de antojitos a las afueras y el constante transitar de visitantes nacionales y extranjeros acompañaron la vela en que participaron infantes, jóvenes y adultos.