La recámara con la vestimenta del diario, un retrato de la mujer que se ha conocido como la samaritana oaxaqueña, la sala con los trajes de gala y una habitación con las canastas y arreglos florales que se dedican y representan elementos religiosos son un recorrido que resume la historia de las Chinas Oaxaqueñas de Casilda Flores.
La delegación, una de las dos representativas de la ciudad de Oaxaca, cumplió en julio sus primeros 25 años y lo celebró con una exposición en la casa Rosa Mexicano, en la avenida Hidalgo de la capital.
“Unos cuantos pedacitos” es el nombre de la exposición conmemorativa que reúne alfarería, orfebrería, textiles y ornamentos de sus integrantes, así como de otras personas que se sumaron para recrear el ambiente que envuelve a esta tradición.
Gloria Reyes Luna es la curadora de esta exposición, quien junto con Ramsés Mateos, director artístico de la delegación, montó esta exposición para “mostrar a detalle lo que es ser una china oaxaqueña” y así celebrar los 25 años de la primera vez en que las Chinas Oaxaqueñas de Casilda subieron a bailar al ahora auditorio Guelaguetza en las fiestas del Lunes del Cerro.
En este recorrido por la indumentaria y ornamentos se trató de ambientar el cómo las chinas salían en los eventos de julio, lo que integra su indumentaria, a qué figura católica está encomendada y otros aspectos de una tradición ligada a la historia de la evangelización.
En cada habitación, por ejemplo, se muestran prendas del diario y de gala que lucen las chinas oaxaqueñas, el tipo de telas, bordados, pañuelos, aplicaciones y otros elementos según lo disponible en la época y el uso.
El ser china tiene que ver con una devoción a la virgen, no es un disfraz. En este caso es devoción a la virgen de La Soledad. Cuando las chinas se arreglan siempre van a llevar un guardapelo o un broche con la imagen de la virgen, todo su arreglo tiene que ver con dar una ofrenda a la virgen. Su participación en la delegación tiene que ver con la virgen y todas las festividades religiosas”, agregó Gloria sobre un compromiso que implica el ser una china y su vinculación con la evangelización.
Sobre las canastas con motivos florales, la curadora también relató que cada una alude a la religión católica y son una especie de penitencia o manda, pues cargarlas es un gran esfuerzo.
Cada una tiene un significado y tiene que ver con la letanía del rosario: el cuerno de la abundancia, arca de la alianza, la estrella de la mañana… El ojo de Dios, la Trinidad, el mundo” hasta pasar por advocaciones, explicó la curadora sobre las 30 figuras de la exposición, pero que se estima que son parte de unas casi 80 que se retoman en esta tradición.