Los hombres que llevan una mala alimentación tienen más riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión y diabetes, las cuales no sólo les afectan a ellos, sino que pueden hacerlo a sus futuros hijos e incluso nietos.
Diferentes estudios han demostrado que los espermatozoides transmiten información genética relacionada con estas enfermedades ligadas a la dieta que pueden influir en la salud del futuro bebé.
De igual manera, se ha encontrado que no alimentarse sanamente, ser sedentario y vivir en constante estrés, altera el semen incluso antes de concebir.
Por una parte, el Instituto de Metabolismo Básico de Noruega indica que tras analizar el semen de 13 hombres sanos y 10 con obesidad, se encontró que en las células de quienes tenían la enfermedad, había componentes epigenéticos asociados con un mayor apetito.
De igual manera, analizaron el esperma de seis hombres que se habían sometido a una cirugía bariátrica para bajar de peso y a todos los participantes se les hizo seguimiento durante un año.
Como resultado, encontraron que desde la primera y última medición había cerca de 400.000 cambios estructurales en el ADN del fluido, además de que aquellos que habían perdido peso, podían cambiar la información epigenética que transmiten los espermatozoides.
Consecuencias de maña alimentación de los hombres
En 2010, la revista Cell publicó una investigación que señala que la dieta masculina ocupa un rol vital en la salud de los hijos, así como los riesgos de una mala alimentación.
Para comprobarlo, estudiaron a 200 roedores a quienes dividieron en dos grupos: los que comieron una dieta normal y los que ingirieron una baja en proteínas.
Tras 18 meses de análisis, los investigadores descubrieron que los hijos del segundo grupo tenían más genes relacionados con la síntesis de colesterol y lípidos, mientras que sus niveles de colesterol eran ligeramente mayores.
Ese mismo año, el Gobierno Sueco decidió estudiar a una comunidad rural del norte del país para observar como influía una malña alimentación de los hombres en sus hijos.
Como resultado, descubrieron que aquellos padres que habían tenido una dieta baja en proteínas y alta en grasas y azúcares en su adolescencia, tenían hijos con mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
“Los niños pueden heredar esas características aun cuando nunca hayan tenido una interacción física con su padre. Va más allá del ejemplo que ellos vean. Esto da más indicios de cómo funciona la evolución”, señaló Oliver Rando, coordinador del análisis.
Por último, la revista Science informó en octubre pasado que de acuerdo a la Universidad de McGill en Canadá, la herencia no está determinada exclusivamente por el ADN ,sino que también intervienen factores externos como las proteínas llamadas histonas, las cuales forman parte del contenido de los espermatozoides trasmitidos en la fertilización.
Para demostrar esto, los investigadores alteraron la información bioquímica de las histonas en el esperma de ratones teniendo como resultado crías y hasta nietos con más defectos congénitos.
Los investigadores de todos los estudios alertan que se debe hacer conciencia sobre el estilo de vida actual y los riesgos de una mala alimentación antes de concebir y aunque no se busque ser padre inmediatamente.
“La forma en que comemos y nuestro nivel de actividad física antes de que el bebé se conciba puede ser importante para el bienestar y el desarrollo futuro de nuestros hijos”, señala Soetkin Versteyhe, autor principal de la investigación noruega.