Cada año en la Semana Mayor de Cuaresma, el Sábado Santo, mejor conocido como Sábado de Gloria, el jolgorio de antaño dictaba salir a las calles a empaparse a cubetazos de agua.
Sin embargo, el cambio climático y la escasez de agua, aunado a la temporada de estiaje, desde hace al menos unos cinco años ha impedido, mediante sanción jurídica administrativa, que se derroche el vital líquido en las calles con los juegos de chicos y grandes.
Lo anterior no ha sido impedimento para que esta fecha siga significando un obligado chapuzón para los oaxaqueños, que han optado por acudir a centros recreativos acuáticos para poder divertirse y refrescarse sin ser sancionados por las autoridades.
Este día, los balnearios que se encuentran en poblaciones cercanas a la capital, sobre todo el tradicional y conocido “Las Brisas”, lucieron repletos de familias, que disfrutaron el día de asueto y la frescura del agua entre juegos, albercas, chapoteaderos y toboganes.