Desde su residencia en Novo-Ogoriovo, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a la élite gobernante de Estados Unidos y sus aliados de desestabilizar Rusia y fomentar conflictos en el Medio Oriente. En una reunión extraordinaria con el Consejo de Seguridad de Rusia, Putin resaltó la intervención de “titiriteros geopolíticos” que buscan sembrar el odio y confrontar a la gente globalmente.
Putin hizo énfasis en los disturbios antisemitas ocurridos en Majachkalá, Daguestán, donde una turba buscaba “refugiados judíos” en un vuelo proveniente de Israel, resultando en caos y tensión. Señaló que detrás de estos disturbios y acciones antisemitas en el Cáucaso del norte, están recursos extremistas manejados por enemigos de Rusia, incluyendo a Ucrania.
El mandatario insinuó que Estados Unidos, al ver su hegemonía desvanecerse, busca expandir su dominación a través del caos, desestabilizando a competidores como Rusia.
Mientras tanto, los eventos antisemitas en la región han alarmado a la comunidad internacional, con ataques a estructuras judías y amenazas en redes sociales contra quienes asistan a sinagogas en la región.