La vacuna contra el coronavirus que está desarrollando la compañía AstraZeneca con la Universidad de Oxford podría estar lista antes de fin de año, al frenar sus ensayos debido a un posible problema neurológico grave en un paciente.
En una conferencia en línea realizada hoy, el director ejecutivo, Pascal Soriot, trató de tranquilizar a los inversores al confirmarse a principios de esta semana que habían dejado de darles a los pacientes la inyección experimental temporalmente, después de que una persona en Reino Unido se enfermara, lo que provocó una revisión de los datos de seguridad.
El director de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, Francis Collins, expuso ante un comité del Senado el miércoles que el ensayo se había detenido debido a un “problema de la médula espinal”.
La decisión de reanudar el estudio está en manos de un grupo de expertos independientes que trabajan para comprender si la enfermedad del paciente fue una coincidencia o un resultado de la vacuna.
Mencionó que no puede evaluar la duración de la pausa del juicio. Cuando se completen las pruebas, los médicos compartirán los datos con el comité de seguridad, aseveró.
AstraZeneca es una de las varias compañías farmacéuticas que participan en el programa Operation Warp Speed del Gobierno estadounidense para acelerar el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.