En un estudio que despierta la curiosidad científica y cuestiona los límites de la resistencia biológica, investigadores de la Universidad de Nueva York y colaboradores internacionales han descubierto la extraordinaria capacidad de nematodos para sobrevivir en la zona de exclusión de Chernobyl, desafiando los efectos de la radiación crónica.
EL ESTUDIO
El estudio, publicado en la revista PNAS, revela que estos pequeños gusanos, conocidos como Oscheius tipulae, parecen haber desarrollado una inmunidad sorprendente a la radiación, sin mostrar daños genéticos detectables debido a su exposición prolongada. Este hallazgo plantea nuevas interrogantes sobre la adaptación biológica y la reparación del ADN en entornos extremos.
Sophia Tintori, asociada postdoctoral en el Departamento de Biología de la Universidad de Nueva York y primera autora del estudio, resalta la importancia de comprender los efectos a largo plazo del desastre nuclear de Chernobyl en las poblaciones locales. A pesar de décadas de exposición a niveles peligrosos de radiación, la fauna y flora locales, incluidos estos nematodos, muestran una asombrosa capacidad de adaptación.
EXCURSIÓN EN CHERNOBYL
El equipo de investigación, en colaboración con científicos de Ucrania y de la Universidad de Carolina del Sur, se aventuró en la zona de exclusión de Chernobyl en 2019 para estudiar el impacto de la radiación en estas criaturas. Equipados con herramientas de medición y protección, recolectaron muestras de suelo y frutas podridas en busca de nematodos, cuyo estudio genético podría proporcionar pistas sobre su resistencia.
De vuelta en el laboratorio, el análisis de los gusanos reveló que no mostraban daños genéticos atribuibles a la radiación, lo que sugiere una asombrosa capacidad de resistencia. Además, se encontraron diferencias en la tolerancia al daño del ADN entre los linajes de gusanos, lo que abre nuevas oportunidades para comprender mejor la variabilidad en la respuesta humana a los agentes carcinógenos.
Si bien este descubrimiento ofrece pistas valiosas para la investigación del cáncer y la adaptación biológica, los científicos enfatizan la necesidad de continuar explorando cómo estos organismos sobreviven y se adaptan en condiciones extremas. La investigación en Chernobyl sigue siendo un campo fértil para comprender la resiliencia de la vida en entornos desafiantes.