Como cada año, miles de fieles llegan al templo de la Virgen de Guadalupe a lo largo del día para pedir por la salud y sano crecimiento de sus hijos y lo hacen vistiéndolos de “Juan Diego” y “María”.
Para el ritual, los padres de familia, abuelas o tíos llegan con veladoras, globos, flores y con los infantes enrolladlos en un reb
ozo, aludiendo a la vestimenta típica de la región y para protegerlos de las bajas temperaturas.
“Desde que nació venimos de Dolores (Zona Norte de la ciudad) para pedir que ella (la virgen) nos ayude y nos brinde su protección”, confía Alma mientras sigue formada en la larga fila para llegar frente a la Patrona de México.
Los preparativos para una de las celebraciones más importantes de los fieles católicos mexicanos se encuentran al 100 por ciento, el templo luce iluminado y adornado con variadas flores.
Como Alma, muchos más esperan turno para ingresar al templo y dar gracias a la virgen. Como cada año, se organizan filas para evitar aglomeraciones en los accesos y también se utilizan vallas metálicas para mantener el orden.
Quienes acuden al templo con sus hijos, para dar gracias por los favores recibidos, también pueden disfrutar de algún antojo o recorrer la vendimia que se colocó en los alrededores del Paseo Juárez el Llano en donde expendedores de comida, juguetes de plástico y mecánicos, esperan tener buenas ventas.