Escuelas cerradas, casas derrumbadas luego del sismo y como única vía de comunicación, el mar, así viven desde hace nueve años los habitantes de Santa María del Mar, perteneciente a Juchitán en el Istmo de Tehuantepec.
Nada mejora en la comunidad huave, donde un conflicto agrario mantiene aislado a los más de mil 500 indígenas de la localidad, desde octubre del 2009 la disputa de mil 361 hectáreas de tierras con su pueblo vecino de San Mateo del Mar, no llega a su fin.
Por dicho conflicto, el 19 de octubre del 2009, San Mateo del Mar bloqueó el único acceso por tierra que contaba Santa María del Mar, pueblo ubicado en una pequeña isla entre el Océano Pacífico y la Laguna Superior del Golfo de Tehuantepec. Desde entonces, es por agua, a bordo de sencillas lanchas como los pobladores viajan todos los días a la ciudad, aún con el riesgo que esto representa.
En estas condiciones viajan por igual, niños, bebés en brazos de sus madres, mujeres embarazadas y ancianos. Hace un año, por los intensos vientos una lancha volcó en la laguna y tres personas murieron, por eso ahora el temor de no cruzar en esta temporada de frentes fríos la laguna.
Y las tragedias no cesan, a decir de Marcela Bartolo López, una mujer de la localidad quien lamentó que tras el accidente en la lancha, nada se ha hecho por mejorar las condiciones en las que viven los habitantes.
“Cruzar el mar es muy difícil para nosotros, para los niños, sobre todo las embarazadas, ha habido un caso de una persona que estaba el aire muy fuerte y a ella le empezó a dar dolores y entonces ella perdió a su bebé porque no podían cruzar”, expresó Marcela.
Recordó que el año pasado, luego de que las tres personas murieran ahogadas en el naufragio, el entonces secretario General de Gobierno, Alejandro Avilés visitó el poblado y prometió apoyos para los habitantes, pero todo quedó en el olvido.
El conflicto por límites entre Santa María y San Mateo data de varias generaciones. Décadas de conflicto han dejado a decenas de personas lesionadas y hasta muertos. Pero en los últimos nueve años, la disputa por la tierra ha recrudecido. Hace tres años, San Mateo del Mar le cortó la luz a Santa María del Mar, derivado del mismo conflicto.
Los “mateyanos” como identifican los de Santa María a los de San Mateo, derribaron postes de luz y cables que suministran la energía eléctrica a la comunidad. Tampoco permiten el paso del personal de la Comisión Federal de Electricidad. Ni siquiera la Policía Estatal y el Ejército pueden cruzar la línea que divide ambas comunidades.
La alcaldesa de Juchitán, Gloria Sánchez López calificó la situación de Santa María del Mar como “una crisis humanitaria”, ante la falta de los servicios más básicos de sobrevivencia: agua y alimentación.
“Hoy atraviesa Santa María del Mar una crisis humanitaria, efectivamente desde hace ocho años a raíz del conflicto agrario que se presentó con San Mateo del Mar, ellos no tienen acceso por vía terrestre. No hay luz, como la luz viene del camino que conduce de San Mateo, éstos derribaron postes, derribaron transformadores y no hay luz en Santa María y por lo consiguiente no hay agua potable”, indicó Gloria Sánchez.
Santa María del Mar es un pueblo de pescadores y ante la escasez de productos de la canasta básica, sobreviven de la pesca. Sin embargo, las condiciones de vida empeoraron tras el sismo de 8.2 grados.
“Tal pareciera que el producto, el pescado y el camarón huyeron por el sismo, no hay producto”, dijo Matías González Martínez, agente municipal de la localidad.
La tienda comunitaria que abastece el programa DICONSA tampoco se da abasto. “DICONSA tampoco ha podido entrar con normalidad para venir a dejarnos productos por los fuertes vientos, la tienda está vacía”, indicó el agente municipal.
El 20 de marzo del 2015 el Tribunal Unitario Agrario, tras varias décadas de conflicto, falló a favor de Santa María del Mar. Dicha resolución fue ratificada por un tribunal federal apenas el año pasado. Ante ello, la alcaldesa de Juchitán, Gloria Sánchez López, exigió a la federación les sean restituidas las mil 361 hectáreas a Santa María del Mar, que están en posesión de San Mateo del Mar y se les dé todas las garantías para que vuelvan a ocupar el camino terrestre para entrar y salir de su comunidad.
“Podemos decir que el problema agrario ya no existe, ya es un problema político que se ejecute esta determinación agraria”, expresó Gloria Sánchez.
El sismo de septiembre pasado dejó 132 viviendas de la localidad con daños, muchas de ellas con daños totales. A más de cuatro meses del sismo, ni una sola vivienda ha sido reconstruida ante la dificultad de trasladar los materiales para construcción en un pueblo aislado.