La democracia por etimología entendemos es, por nuestras clases en el colegio, el poder del pueblo, la clave está en saber, de que manera el pueblo ejercerá ese poder.
Una de las tantas modalidades de la democracia, es la democracia participativa, mecanismo previsto en nuestra constitución misma que puede utilizarse para consultar a los ciudadanos sobre distintos temas en la agenda nacional.
El próximo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha planteado hacer realidad ese mecanismo de participación ciudadana y no solamente ha quedado en palabras, sino que ya estamos presenciando el inicio de este nuevo paradigma para gobernar.
Un ensayo lo pudimos observar estos últimos días, sin embargo, fue un prototipo, la consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional, tuvo un carácter indicativo y no vinculante.
Para que sea vinculante una consulta debe ser realizada por el INE según nuestra Carta Magna y el Presidente Electo debe estar en funciones.
La pregunta a hacernos, la reflexión que tendremos que formularnos, gira entorno a si funcionará este nuevo planteamiento para tomar muchas de las próximas decisiones que se avecinan.
¿Es favorable para la estabilidad de los mercados y confianza de inversionistas? ¿Se busca únicamente más legitimidad política o una real legitimidad de la ciudadanía en la toma de decisiones?
¿Estaremos preparados para calificar dentro de una gama de decisiones la opción más viable en cualquier tema?
Todo esto lo sabremos estos próximos seis años, pero sin duda, son nuevos tiempos, nuevos problemas, nuevas soluciones.
Christian Valencia, Estudiante de la Facultad De Derecho, UNAM.