Vino el presidente Andrés Manuel López Obrador por cuarta vez a Oaxaca y “repicó fuerte”, levantando no sólo el ánimo de los oaxaqueños con el anuncio de la terminación de obras rezagadas de gran importancia para nuestro desarrollo, sino también el de un alicaído gobernador que no encontraba la manera de dejar constancia de un mandato sumido en la mediocridad y la inconsistencia política.
Alejandro Murat respiró hondo y profundo al certificar el presidente de la República su interés y apoyo para la conclusión de las súper carreteras a la Costa y al Istmo de Tehuantepec, en un lapso máximo de tres años, suficiente para que le toque al gobernador oaxaqueño dejar constancia de su gestión política y administrativa.
El complemento de la súper carretera al Istmo de Tehuantepec la inició en su mandato José Murat, padre del actual gobernador, o sea más de 15 años de jalones y estirones que ni Ulises Ruiz en su momento y menos Gabino Cué pudieron continuar; hoy la retoma el Grupo Carso (Carlos Slim), quien ya se comprometió a culminarla en tiempo y forma.
Algo parecido sucedió con la súper carretera a la Costa, iniciativa del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, que el inocuo gobierno de Gabino Cué no pudo continuar, por lo que fue retomada por el joven gobernador Murat Hinojosa, quien desde el inicio de su mandato intentó su consecución con poco éxito, hasta que se apareció la Cuarta Transformación. Andrés Manuel López Obrador en el paraje Barranca Larga-Ventanilla signó el compromiso de terminarla en el 2022, justo en el último año de gobierno de Alejandro Murat Hinojosa.
Pues bien, con ello, salva su gobierno el joven gobernador, quien con su voluntad y compromiso entregaría mejores cuentas que su señor padre en su momento.
Lo que venga para Oaxaca, en estos momentos, sólo es especulación política y una malsana manera de interpretar las posibilidades del clan Murat, que con todo ello se sigue aferrando a un futuro que depende no de obras o de complementos políticos, sino de una manera diferente de interpretar el presente y el futuro de un país que definitivamente tiene que cambiar, si no por amor, a fuerza de una hegemonía política que contrasta con los usos y costumbres de la politiquería que hemos soportado por décadas los oaxaqueños.
Oaxaca tiene potencialidad, siempre la ha tenido, lo que no ha tenido son gobernantes que prioricen su capital humano por sobre el capital político, que si bien da riqueza y poder, no otorga trascendencia y perdurabilidad en el ánimo de la gente.
Extractos políticos:
-LA MEZCOLANZA POLÍTICA EN OAXACA tiene actualmente “dos padres”: José Murat y Ulises Ruiz, de ahí se ha engendrado toda la clase política actual, porque los “Diodoristas” y “Heladistas”, ya desaparecieron o se retiraron… Un revoltijo que generó la descomposición del PRI en la localidad y que llegó a su clímax durante el mandato de Gabino Cué… Hoy los “hijos de Murat y Ulises” deambulan como “zombies” dando bandazos políticos, que lo mismo generan caos, que estancamiento, rupturas, pero, sobre todo, generación de ingobernabilidad y corrupción… ¡Vaya! Hasta la nueva clase política refugiada en Morena está salpicada de los métodos priistas que cimentaron en Oaxaca, tanto José Murat como Ulises Ruiz… Los pleitos ahí están, la guerra sucia igual, los ladridos también… ¿Qué le espera a Oaxaca para el 2022?…
-ANALISTAS EN TEMAS RELIGIOSOS apenas están descubriendo que AMLO hace “uso político” de la religión para gobernar… ¿Apenas se dieron cuenta?… Dicen que en materia social “es un presidente cercano a la teoría de la liberación, pero en materia moral está más cercano a un pentecostalismo conservador…” Descubren así “el hilo negro” del mesías de Macuspana, que desde la creación de su partido Morena dio fe de su credo religioso y de la forma de manipular al “sabio” pueblo mexicano, siempre tan “guadalupano” y creyente… En fin…
-HA CUMPLIDO UN AÑO que el “tsunami político” AMLO hizo acto de presencia en el país y aunque sigue conservando el beneficio de la duda, sobre todo por su lucha contra la corrupción y su austeridad republicana, son más dudas que beneficios los que sobrevuelan en México… ¡Me canso ganso!…
-Vox clamantis.
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