A casi dos años de distancia, poco a poco se desdora la serie de promesas que dieron fuerza y vigor a la 4T, pues la mayoría de ellas no se han cristalizado ni mucho menos hecho realidad, pese a que “alguien” tiene otros datos. Una de ellas es acabar la corrupción, grave mal que se padece a nivel mundial pero con mayor intensidad en toda la República mexicana, que pese a los buenos deseos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la corrupción sigue en aumento y gozando de cabal salud; pues este cáncer que se compara al coronavirus es mortal y sigue corroyendo las entrañas a todo México. Y observe usted, amable lector, la corrupción empieza en pirámide invertida de abajo hacia arriba y no como alguien afirma de arriba hacia abajo, pues somos nosotros quienes corrompemos al agente de tránsito, al Ministerio Público, al burócrata, etc,; para agilizar nuestros trámites burocráticos, que nos hacen perder varios días en las oficinas de gobierno. Y cómo hacerle, los agentes de la Fiscalía General de la República, antes (AFI), que extorsionan abiertamente, por ejemplo: los dueños de puestos de productos de información extranjera y películas piratas, quienes a veces les pagan 5000 pesos semanales, y nadie dice nada. Este tipo de puestos proliferan en las calles y mercados de todas las ciudades, y esto es un grave ilícito que no solo alimenta a la corrupción sino que se burla de los afanes presidenciales de combatir este cáncer.
¿Estamos combatiendo la corrupción?, ¿estamos encarcelando a los defraudadores de cuello blanco que saquearon este país?, ¿les estamos dando el mismo trato que a un delincuente del orden común o les vamos a dar el trato Lozoya? que ni ha pisado la cárcel, solo por ser rico y traidor a la patria.
La corrupción sigue gozando de cabal salud.